Mes: diciembre 2015
Probabilidad de empate en una votación…
Empate a 1515. Así ha terminado la última y definitiva votación de la asamblea nacional de la CUP celebrada este domingo en Sabadell (Barcelona) y que debía dirimir si la formación antiacapitalista apoyaba o no la investidura de Artur Mas como president de la Generalitat.
Y la pregunta no se ha hecho esperar: ¿Qué probabilidades de empatar existían? Veamos…
- Son 3030 votos contabilizados, cada uno puede ser sí o no (o 0 y 1).
- Un empate se da cuando hay igual número de síes (1) que de noes (0).
Hay varias formas equivalentes de razonarlo:
- Probabilística: Se tiran 3030 monedas, como son sucesos independientes da igual si lanzas las 3030 a la vez o repites 3030 lanzamientos con la misma moneda. ¿Cuál es la probabilidad de que salgan 1515 caras y 1515 cruces?
- La (informática) de contar: Como la decisión es binaria, hay 2^3030 dígitos binarios diferentes que representan a la votación (o un número de 3030 bits), ¿cuántas combinaciones hay de números de 3030 bits cuyo número de 0 y 1 sean iguales? Sabiendo eso la probabilidad es sencillamente ese número de combinaciones dividido por el total (2^3030).
En ambos casos la solución es igual. El número de combinaciones posibles para monedas de dos caras – o números de 2 bits- con el coeficiente binomial para este caso es igual a binomial(3030, 1515).
Ese resultado enorme indica la cantidad de combinaciones posibles para que salgan 1515 síes (o 1) y 1515 noes (o 0) sobre un conjunto de 3030 elementos. Entonces la probabilidad de que salga un empate de las 2^3030 combinaciones posibles en total es igual a binomial(3030, 1515)/2^3030 = 0.0144938216980724… o aproximadamente: 1.44%
Es decir, la probabilidad de que ocurra un empate considerando votos independientes y equiprobables no es tan baja. De hecho es la más alta de cualquier otro resultado individual (que no con el total, la probabilidad de que no sea empate es 100% – 1.44% = 98.56%). Podéis probarlo fácil, por ejemplo de que hayan salido 1500 de síes (o noes) y 1530 de lo contrario.
Aún más, si no creéis en las fórmulas, podéis probar simulando las votaciones con este pequeño programa en Python que simula 3030 votaciones binarias. Podéis ver que los resultados convergen con mayor número de “votaciones”.
Fuente: https://gallir.wordpress.com
Conclusiones electorales…
Lo único por lo que podemos hacer es luchar es por la educación. Que la educación sea universal. Que todo el mundo pueda acceder a unos conocimientos básicos que le despierten la necesidad de entender el mundo, sus problemas e incluso interferir para mejorarlo.
Aprender a leer y comprensión lectora, para poder beber de todo tipo de conocimiento escrito (y no escrito).
Leer y entender la historia para intentar comprender nuestro pasado. De dónde venimos y hasta dónde hemos llegado. Y no conformarnos con eso, seguir intentando entender el mundo tal y como es hoy.
Leer y entender distintas filosofías para ver que el mundo no tiene sólo un prisma para observarlo… y que siempre habrá quien piense de otro modo. Y que ese otro modo, pese a entrar en confrontación con el nuestro es simplemente eso otro modo de ver el mundo.
Aprender de la crítica, no sólo para ser capaces de criticar de forma racional todo aquello con lo que nos encontremos, sino también para ser capaces de tener una autocrítica que nos permita mejorar.
En el fondo: educación, educación y educación. Eso es lo único que nos puede permitir seguir adelante.
Fuente: https://medium.com
Lo llaman democracia y no lo es…
Elecciones generales 2015…
Los traficantes políticos recurren únicamente a las debilidades de los votantes, nunca a su fuerza potencial. No intentan educar a las masas y capacitarlos para que se gobiernen a sí mismos; se contentan con manipularlas y explotarlas. Para ese fin se movilizan y ponen en acción todos los recursos de la psicología y las ciencias sociales.
Aldous Huxley (Un mundo feliz)
Reflexión electoral…
Senado: el gran desconocido…
¿Sirve para algo el senado?
La tramitación parlamentaria de un texto legal normalmente comienza por el Congreso (y aunque no es necesario, normalmente a propuesta del Gobierno). El texto se debate, se enmienda y va al Senado. Ahí se hacen cambios (aprobados por mayoría simple) o se veta (por mayoría absoluta). Pero luego el Congreso de los diputados tiene la última palabra: cualquier cosa que diga el Senado sobre una ley puede caer en saco roto si el Congreso así lo quiere.
Sin embargo hay situaciones en las que el Senado es importante: Elige a cuatro de los doce magistrados del Tribunal Constitucional y a diez de los veinte vocales del Consejo del Poder Judicial.Y existen dos casos en el que el Senado tiene mucho poder: cuando se intenta reformar la Constitución y cuando se tiene que intervenir en una Comunidad Autónoma.
¿Cómo se elige el Senado?
El Senado se elige de una forma mixta: elección directa y elección indirecta. La parte indirecta cae en manos de las Comunidades Autónomas: cada Comunidad Autónoma elige un Senador, y otro más por cada millón de habitantes que tenga (por tanto es un número que cambia legislatura a legislatura según la variación de la población). El mecanismo de elección de estos senadores está regulado en los Estatutos de Autonomía de cada Comunidad. Ahora mismo hay 58 senadores elegidos por Comunidades Autónomas.
La elección directa es una votación en lista abierta en la que se eligen 208 Senadores. De casi todas las provincias salen 4 Senadores. En las islas el sistema es algo distinto, la circunscripción no es provincial sino por isla y por tanto en las islas mayores (Gran Canaria, Mallorca y Tenerife) se eligen tres Senadores y en las islas menores (Ibiza-Formentera, Menorca, Fuerteventura, Gomera, Hierro, Lanzarote y La Palma) un Senador. En Ceuta y Melilla se eligen dos Senadores en cada una.
En Ceuta y Melilla cada votante tiene que elegir dos Senadores de la papeleta y en las islas menores uno. Por tanto es un sistema en el que el partido más votado se lleva todos los Senadores. En el resto de circunscripciones el votante tiene un número de votos que corresponde al número de Senadores a elegir menos uno. Es decir, en las provincias en las que se eligen cuatro Senadores hay tres votos y en las islas mayores dos votos.
Mientras que para la asignación de escaños al Congreso se emplea un sistema proporcional basado en el método D’Hondt, para el Senado por contra se aplica un sistema mayoritario. Concretamente un escrutinio mayoritario plurinominal parcial.
¿Sabes ya a quién votar el 20D?
El proyecto aquienvoto.org consiste en una página web gracias a la cual es posible analizar con qué ideología te identificas más. Reúnen las políticas de los principales partidos que se presentan, de forma sintetizada y esquemática agrupadas por temas, e inclusive ofrecen un test mediante el cual precisan el perfil de votante que lo realiza.
No obstante siempre resulta más fiable decidir en base a hechos que a propuestas -la confianza no se pide, se gana-. Para ello es útil comparar las decisiones tomadas por los 5 principales partidos a nivel europeo en estas sencillas tablas:
Por otra parte también aporta escucharles responder preguntas desde la óptica de los niños, los cuales tienen inquietudes y preocupaciones totalmente distintas a los adultos, manteniendo viva aún esa capacidad innata de sorprender.
Aunque más allá del color político poco se puede determinar, pues los primeros 100 diputados ya los han elegidos por nosotros al 99% de probabilidad, y los 100 siguientes al 90%, gracias a las listas cerradas y bloqueadas.
No obstante, si ninguna opción convence, siempre quedará el Voto en Blanco Computable. O votar a nuestro banco.
El conocimiento nos hace libres…
Agradecimientos de Antonio Martínez Ron (Fogonazos): Y sobre todo a todos los que habéis aguantado hasta horas intempestivas para disfrutar de un ratito de ciencia en televisión y ayudarnos a transmitir la idea de que «la ciencia mola«. Quizá no os dais cuenta ahora, pero sois unos héroes. Y dicho esto, la ciencia volverá al cajón de la tele de donde tan pocas veces la dejan salir. Ojalá no sea por mucho tiempo.
Fuente: www.rtve.es
Líderes…
A principios de 1920 vino a Voghera, llamado por el grupo anarquista local, Errico Malatesta con otros compañeros suyos (Borghi, D’Andrea, etc.). Malatesta habló en un salón de las escuelas elementales. Se me pidió que le presentara y lo presenté saludando en él al Lenin de Italia, al que, superando a los socialistas, nos conduciría a la revolución como en Rusia. Después de mi charla subió él a la tribuna, agradeció al público que no cesaba de aclamarlo… con el título que yo le había endilgado y, después de haber tratado de muchas otras cosas, en un cierto punto se puso a hablar de la definición que yo había hecho de él. En verdad no me trató mal, incluso me hizo algún cumplimiento; pero explicó que no podía, no quería ni debía ser un Lenin. En resumen, por lo que puedo resumir a doce años de distancia, teniendo en cuenta también la confusión mía en aquel momento, he aquí lo que dijo:
«El muchacho que me presentó debe ser sincero y entusiasta y tal vez ha creído causarme un placer diciendo que soy vuestro Lenin. Creo que no es anarquista, como no lo seréis seguramente cuantos habéis acogido su grito. Él y vosotros sois revolucionarios, comprendéis que los viejos métodos reformistas no valen ya, tal vez habéis perdido la fe en vuestros jefes socialistas, y entonces buscáis un hombre que os inspire confianza y os lleve a la revolución. Muchas gracias por la confianza, pero os equivocáis. Tengo todo el deseo de hacer vuestro bien y también el mío, pero soy un hombre como todos los demás, y si me convirtiese en vuestro jefe no sería mejor que aquellos que ahora repudiáis. Todos los jefes son iguales, y‚ si no hacen lo que vosotros deseáis, no es siempre porque no quieren, sino también porque no pueden. Tratándose además de la revolución, ésta no es un hombre el que puede hacerla: debemos hacerla todos juntos».
«Yo soy anarquista, no quiero obedecer, pero sobre todo no puedo mandar. Si me convirtiese en vuestro Lenin como desea aquel «muchacho», os llevaré al sacrificio, me haré vuestro amo, vuestro tirano; traicionaré mi fe, porque no se haría la anarquía, y os traicionaré a vosotros, porque con una dictadura os cansaríais de mí, y yo, vuelto ambicioso y tal vez convencido de cumplir un deber, me rodearía de policías, de burócratas, de parásitos, y daría vida a una nueva casta de opresores y de privilegiados por la cual seríais explotados y vejados como lo sois hoy por el Gobierno y por la burguesía».
Recuerdo que Malatesta dijo también: «Si realmente me queréis, no tenéis que desear que me convierta en vuestro tirano». Pero muchos detalles y frases se me escapan ahora. Luego explicó cómo se debía «hacer» la revolución. Recuerdo entre otras cosas que habló de «ocupar las fábricas», de armamento del pueblo, de constitución de núcleos armados, etc., expresándose con calma, con más calma que los propios reformistas del lugar… A decir verdad, el público quedó un tanto desilusionado (y un poco también yo) porque Malatesta no respondía al tipo que se había imaginado. Pero el hecho es que, después de aquella conferencia, yo había comprendido lo que era la anarquía y lo que quieren los anarquistas, y me hice uno de ellos…
Comentamos sobre…