Dime de donde eres y te diré qué edad tienes…

Edad

Si alguna vez habéis tenido ocasión de preguntar a un asiático su edad, quizás os hayáis quedado extrañados por su respuesta. En países como Corea, China, Japón, Mongolia, Taiwan o Vietnam la edad de una persona se cuenta desde la concepción y no desde la fecha del alumbramiento, como lo hacemos en Occidente. Pero esto no es todo, además suman un año cada uno de enero, con el inicio del año solar, independientemente de la fecha de cumpleaños. Es decir, un bebé nacido el 1 de junio de 1990, el 1 de enero  de 1991 tendría más de 2 años, mientras que en occidente el mismo contaría con 6 meses de edad. Matizar que la edad que se toma como válida para usos oficiales es la del sistema occidental.

El tema de la edad es particularmente importante para saber cómo dirigirnos a las personas con quienes hablamos. En Corea, por ejemplo, es necesario saber la edad; dependiendo de si se es hombre o mujer y de la edad que se tiene, ya sea mayor o menor respecto al hablante, se determina la formalidad de la conversación; por ello, es muy común que cuando somos presentados a una nueva persona, entre las primeras preguntas que se hacen, se encuentre este dato.

Cuando el modelo suplanta a la realidad…

Un día fue para mí histórico. Fue en el planetario, al principio, una de las primeras sesiones para escolares y yo les estaba enseñando a mirar el cielo: el carro, la osa mayor, la estrella polar… “¿Os acordáis de que antes se veía Orión?”, les decía. “Pues ahora no se ve por el horizonte”. Les enseñaba las constelaciones, lo que pasa a lo largo de una noche, éste es Mercurio y éste es Venus, y éste es Júpiter… Y un día se me levanta un niño y me dice “¿Y la Tierra dónde está?… Aquello me sonó como una bofetada enorme. ¿Y la Tierra donde está? Tengo que reconocer que le di un grito. Y le dije: ¡Debajo de tus pies! ¡Y cuida de que no deje de estarlo nunca!

Pero es que… aquello era brutal, ¿qué había hecho la escuela con aquel crío? Había conseguido la usurpación de la realidad por el modelo. O sea, ¿qué era el sistema solar? El sistema solar era un dibujo de su libro en donde estaban Mercurio, Venus, Marte, Júpiter… y la Tierra… Entonces, allá donde estén Marte, Júpiter y tal, tiene que estar la Tierra. Y esta realidad del modelo se había impuesto de tal manera a la mente de aquel crío que ya la realidad cósmica había pasado a ser una ficción. Y empiezas a preguntarte, bueno vamos a ver, ¿cuántas de las cosas que le hemos enseñado a este crío, a estos críos, tienen sentido para ellos? ¿Cuántas le sirven para pensar, para razonar, para pasar una noche bonita mirando a las estrellas, para saber lo que es un planeta…? […]

¿Quién dijo que lo que había que saberse era un modelo cuando los modelos sirven para explicar realidades y la realidad se desconoce? Concho, yo el modelo no lo necesito. Deje usted que yo haga modelos para interpretar las realidades que conozco. Enséñeme los modelos que vaya creando, enséñeme usted a crear modelos, pero no me enseñe los modelos, ni el de Copérnico, ni el de Tolomeo… ¡Ninguno! Primero la realidad, después que venga lo otro.

Fuente: http://naukas.com

Estabilidad, techo y regla de gasto…

Ahora mismo hay dos magnitudes que cumplir: Estabilidad y regla de gasto. Existe otra cosa que se llama techo de gasto, que corresponde al límite de gasto público no financiero (sin incluir los intereses de la deuda) en el que pueden incurrir las administraciones del Estado, pero por simplificar podríamos decir que el techo de gasto es el más bajo de las anteriores así que si las cumples lo vas a cumplir también. Los ayuntamientos están obligados a cumplir ambas, aunque se considera más grave no cumplir con la estabilidad. Cuando hablamos de gasto nos referimos al saldo de gasto no financiero, es decir, la deuda va separada.

La estabilidad viene a ser gastar menos de lo que se ingresa. Cuando decimos que un ayuntamiento tiene superávit nos referimos a esto. Cumple con la estabilidad porque ingresa más de lo que gasta.

La regla de gasto viene a ser no gastar más de lo que se gastó el año anterior (incrementado en un pequeño porcentaje que aprueba el gobierno). La regla de gasto afecta a sobre todo a administraciones con superávit ya que en las que tienen déficit lo habitual es que sea la estabilidad la que limite su techo de gasto. Su finalidad es doble:

  • Que no se metan en gastos que den lugar a gastos futuros por tener mejoras puntuales (va por todos esos ayuntamientos que hicieron piscinas con las licencias de obra y luego las tienen cerradas porque no tienen con qué calentar el agua). Por esto se puede destinar el exceso a inversiones sostenibles (que produzcan ahorro o al menos no mayor gasto futuro). Ejemplos de lo que se puede hacer con ese exceso pueden ser planes de ahorro energético (cambiar las farolas por led) comprar locales que alquilados, etc. Es decir, que en realidad sí puedo gastar ese exceso pero no de cualquier manera.
  • Que si estoy en tiempo de bonanza amortice deuda. En realidad no le falta de todo razón a la idea de que mientras que una administración está endeudada y tiene superávit amortizar deuda es una medida razonable (sobre todo si tenemos en cuenta que la opción anterior existe).

En cuanto al origen de ambas normas, ambas normas vienen de Europa.

¿Qué pasa cuando haces una buena gestión? Tu dato de estabilidad mejora, pero la regla de gasto no, lo que implica que ese ahorro lo tienes que dedicar a cosas que no computen en la regla de gasto. Esencialmente, inversiones financieramente sostenibles o amortización anticipada de deuda. Esto por supuesto es así para todos los ayuntamientos.

Cuando incumples una vez no pasa nada, solo tienes que aprobar un plan de corrección (llamado Plan Económico-Financiero), además la normativa en este sentido es muy flexible porque te permite calcular el nuevo cumplimiento a partir del incumplimiento anterior. Por ejemplo:

  • Año 1 gasto 5.
  • Año 2 gasto 6 (incumplo).
  • Año 3 gasto 6 (cumplo y me dejan en paz).
  • Año 4 gasto 7 (incumplo, pero vuelvo al primer aviso porque el año anterior cumplía).

Tienes la regla de gasto en 5, incumples gastando 6…Pues al año siguiente cumplirás con gastar 6, no te obligan a volver a 5, es decir, que para incumplir varios años consecutivos tienes que tener ganas de incumplir porque puedes ir jugando a incumplir cada dos años.

Fuente: www.meneame.net

Los tomates no saben como antes…

Una fruta ecológica sabe igual que una industrial siempre y cuando se recojan en el mismo tiempo.

Habitualmente cuando compramos productos hortícolas escuchamos cosas como: «No saben igual que los de casa», «la fruta ya no sabe como antes», «a saber lo que le echan», «seguro que son transgénicos». A partir de ahí, el miedo surge y comienzan las acusaciones de que si son transgénicos o que si algo malo le echan. La realidad, es que todo se debe a que la fruta se recoge verde y se madura en cámaras hasta el destino final jugando con la tasa de respiración de la fruta.

Actualmente y por necesidades de producción y de su transporte, la mayoría de las frutas que consumimos no vienen de las cercanías de donde las compramos. Cada vez es más habitual encontrar frutas fuera de temporada o frutas con una maduración muy rápida que vienen desde zonas lejanas. Por ejemplo, en el norte y centro de Europa es habitual encontrar fruta en perfectas condiciones llegada desde el sur de España o desde el Norte de África y que en condiciones normales, no habría llegado porque se habría pasado en el tiempo que tarda en llegar al destino. Debido a estos intereses o a que las zonas de producción están lejos de los grandes centros de consumo, se suele decir que se ha ido perdiendo el sabor y la dulzura de la fruta a costa de tener la máxima variedad posible y durante gran parte del año.

Para lograr todo esto, lo que se suele realizar es la recogida de la fruta cuando aún se encuentra verde, interrumpiendo el proceso natural de maduración, cuando se produce la mayoría de los cambios del metabolismo que da lugar al sabor característico de muchas frutas o al color típico; homogéneo en todo el fruto, en lugar de como ocurre en algunas ocasiones que nos encontramos fruta aparentemente madura, pero con un interior aún verde. Durante el proceso de maduración, se producen diferentes procesos como el ablandamiento del pericarpo y la pérdida de la clorofila para ser sustituida por carotenos, la acumulación de azúcares y ácidos orgánicos así como el desprendimiento de un olor característico, alteración de rutas metabólicas… para finalmente llegar al proceso de que una fruta está madura.

Todos estos procesos, están controlados por una sustancia natural generada por los tejidos de la fruta y responsable de la aceleración de la maduración, denominada Etileno (C2H4), de forma gaseosa siendo una de las moléculas orgánicas más simples con actividad biológica. Es un gas incoloro a presión y temperatura ambiente, que se puede obtener en grandes cantidades a partir del petróleo y que está presente en las bolsas del supermercado, pero que en realidad también se produce de forma natural y que lo tenemos en grandes cantidades en nuestras cocinas cuando tenemos frutas verdes. Todos los frutos que maduran en respuesta a etileno presentan un incremento respiratorio, el cual viene precedido de una producción masiva de etileno.

A estos frutos se les conoce como frutos climatéricos, donde hay una masiva y continuada producción de etileno, que es la máquina que conduce a la maduración del fruto tal y como ocurre en el tomate, la manzana, el plátano, melón o albaricoque, son capaces de generar etileno, la hormona necesaria para que el proceso de maduración continúe, aún separado de la planta. En los «no climatéricos» no existe incremento ni en la síntesis de etileno ni en la respiración asociado con la maduración como ocurre con el pimiento, uvas, fresas, cerezas, piña o limón.

Sabiendo cómo son las condiciones de maduración de las frutas, lo que se suele hacer es cosechar cuando comienza a despuntar un posible inicio de los procesos relacionados con la maduración, aunque en muchos casos, se cosecha totalmente verde, para llevar esta fruta a cámaras frigoríficas donde se conservan y para que puedan llegar a destino en las mejores condiciones posibles, sin que se produzca la maduración, por lo que es normal que se metan en cámaras frigoríficas donde se regula la concentración de oxígeno y de dióxido de carbono, regulando la respiración de la fruta y evitando que se la respiración de la fruta y se produzca el etileno endógeno. Este proceso se conoce desde los años 20 del siglo pasado, cuando Kidd y West, estudiaron que las manzanas tras su recolección, producían CO2 de forma considerable y se producían los cambios asociados a la maduración. Sin embargo, si la manzana se dejaba en el árbol, todo lo anterior se producía, pero de una forma mucho más lenta.

Una vez llegado en destino, las frutas se pueden tratar con etileno exógeno, para que alcancen el punto de madurez y los mismos cambios fisiológicos que se producirían si los frutos estuvieran en la planta. Por ejemplo, imaginemos un cargamento de tomates que se recogen en Marruecos y en unos días están en Dinamarca y son transportados por carretera en un camión refrigerado. Estos tomates, se recogen verdes, en un estado capaz de madurar por separado de la planta; es decir con color verde, pero fisiológicamente maduro, por lo que se introducen en camiones preparados con una refrigeración constante y con un control de la atmósfera de la cámara frigorífica. Se reduce la concentración de oxígeno a un 2 % y se incrementa la de dióxido de carbono a un 3-5%, de forma que se reduce la capacidad de respiración del fruto por lo que se inhibe la maduración ya que se inhibe la unión del etileno al receptor. Este sistema de atmósfera controlada, lo podemos encontrar en algunos sistemas de envasado con filmes protectores que permiten reducir la concentración de oxígeno e incrementar la de CO2.

Esto también ocurre con el 1-metilciclopropeno (1-MCP), un inhibidor de la síntesis de etileno, que impide la maduración del fruto, incluso cuando aún está maduro, que se suele emplear para conservar la fruta hasta que llega a destino unido a una conservación en frío, hace que muchas frutas puedan llegar desde América del Sur sin problemas a los mercados europeos.

Lo mismo serviría para las flores que vienen de África o de América del Sur, que reciben un tratamiento similar con secuestradores de etileno como el tiosulfato de plata, evitando la senescencia de las flores.

Fuente: http://cienciasycosas.blogspot.com/