Días de vacaciones…
Fuente: www.businessinsider.es
El conocimiento nos hace libres…
Un enfoque de España vista desde el exterior, así como conocer otros paises y compararla con ellos.
Fuente: www.businessinsider.es
La inmensa mayoría de la investigación –en ciencias sociales y en cualquier otra rama científica- se realiza en centros de investigación occidentales (EE UU, Europa y Japón), de modo que los resultados están sesgados por la abusiva participación de los occidentales y su peculiar (extraña, como veremos) forma de mirar el mundo. El 96% de los sujetos participantes en estudios psicológicos eran occidentales, y de ellos, el 70% eran estadounidenses.
Un ejemplo aún más flagrante del peso cultural en el comportamiento individual lo ofrece el conocido Juego del Ultimátum, en el que participan dos jugadores, uno de los cuales recibe una cantidad de dinero que debe dividir con el otro participante. Si este rechaza la oferta, los dos se quedan sin dinero. La lógica económica dicta que los jugadores occidentales tenderán a ofrecer un acuerdo del 50-50, y que cuando no exista equidad en la oferta, un jugador tenderá a castigar al otro.
Sin embargo, entre los individuos de la tribu amazónica de los machiguenga los participantes parecían encantados de recibir cualquier oferta, por pequeña que esta fuera: “La idea de rechazar una oferta de dinero gratis les parecía simplemente ridícula”. A continuación se realizó la misma prueba con otros 14 grupos sociales pequeños, de Tanzania a Indonesia, para concluir que la generosidad con el contrincante era la norma y no la excepción, que era el caso entre los occidentales.
Otros ejemplos sobre la “excepcionalidad cultural occidental” son abundantes, desde la idea de que el amor romántico es la base del matrimonio, apenas sustentada por la mayoría de los no occidentales, para quienes el matrimonio debe preceder al amor, hasta la particularidad del pensamiento analítico occidental frente al razonamiento holítistico de la mayoría del resto de los pueblos del mundo. En Occidente desarrollamos la visión de que estamos separados del resto del mundo, lo que podría estar conectado con cómo razonamos.
Fuente: www.yorokobu.es
En rigor, la Antártida está dividida por los 24 zonas horarias así que ponerse de acuerdo sobre la hora debe resultar un tanto lioso para los científicos que viven allí todo el año y viajan o se comunican con otras estaciones.
Lógicamente, los científicos siguen la hora universal (UTC), pero ¿por qué hora se rigen en cada una de sus estaciones? Muchos mantienen el horario de su país de origen (EEUU, Chile, etc), otros optan por mantener el horario de la ciudad de la que partió su avión o su barco y otros por seguir el tiempo que corresponde a ese determinado huso horario. Al final, una buena parte de los investigadores (de procedencia estadounidense) sigue el tiempo madre de Nueva Zelanda, que es desde donde llegan la mayoría hasta la estación de McMurdo.
Fuente: www.fogonazos.es
Las primeras respuestas fueron en broma y hablaron de las chicas, que aquí no se tapan tanto. Mi respuesta fue que eso se arreglaba destapando un poco las suyas, o dejándolas salir a la calle, y terminamos en risas porque no era momento de terminar en lágrimas.
Sin embargo, siguiendo ese mismo hilo, llegué a un par de conclusiones que nunca se me habían ocurrido. Porque resulta que lo que más codician la mayoría de inmigrantes africanos que vienen a España no es la libertad ni la prosperidad, sino otra cosa.
La mayoría de los que vienen viven bajo regímenes más o menos opresores, pero eso no parece preocuparles mucho. Mientras no sean gobiernos que prohíban la emigración, todo tiene fácil arreglo, a su ver. Y si no te quieres ir, basta con no meterte en política, una cosa que, aunque nos disguste pensarlo, tampoco le importa mayormente a la mayoría de la gente.
Todos los que vienen, sin excepción, vienen a ganar dinero. Quieren mejorar su vida, y enviar dinero a casa, y tener mejores oportunidades, y prosperar, y tener algunas de las cosas que ven por televisión y que nunca conseguirían en su país. Es legítimo y es hasta positivo para todos, pero tampoco es eso lo que más despierta su codicia.
Lo que realmente les impulsa a cruzar el estrecho jugándose el pellejo, son los veinte años, ¡veinte años! de diferencia de esperanza de vida, porque en buena parte de los países d África ya se es viejo a los 50, muy viejo a los 60 y casi nadie, menos de un 1 % llega a los 70 años de edad.
Lo que más quieren es que no mueran sus mujeres en los partos, y que los operen si están enfermos, y que su vida pueda durar razonablemente setenta o setenta y cinco años, sin pensar que a los cincuenta ya tienes que dar gracias por lo que has vivido porque tienes un pie en la sepultura.
Por eso se arriesgan a cruzar: porque juegan al doble o nada. Al triple o nada. Al quíntuple o nada. Y a medida que aumenta su familia allí, el riesgo vale cada vez más la pena.
Como me dijo uno, para evitar la inmigración descontrolada en Europa quizás valiese más la pena invertir allí en hospitales que en fábricas. Porque a la gente de allí, de veras, no le importa vivir con un poco menos con tal de poder vivir. Con tal de no ser ancianos a los cincuenta años.
Fuente: www.remaycalla.com
Viajar por el mundo es la ocasión perfecta para aprender mucho de otras culturas: su historia, gastronomía, su gente… pero, en ocasiones, hay que tener precauciones, sobre todo si se viaja a ciertos países. Algunos gestos que en España significan una cosa quieren decir todo lo contrario en según qué destinos, y conocerlo nos puede ahorrar más de un malentendido. Gestos con las manos y los dedos, expresiones, saludos… cuando uno está acostumbrado a hacerlos cada día y con total naturalidad, cuesta imaginar que alguien podría ofenderse por ellos, pero así sucede e, incluso, te puedes enfrentar a penas de cárcel en según qué situaciones. Te contamos algunos de los más llamativos.
Pulgares arriba: en España y países angloparlantes se utiliza para transmitir un mensaje positivo «ok», «vale», «bien», pero en otras culturas su significado es totalmente diferente. En Irán, por ejemplo, se usa como insulto obsceno, mientras que en Japón tiene el sentido de hombre o varón. También es un insulto en Grecia, Rusia y el África occidental.
Cruzar los dedos: en la mayoría de los países occidentales, cruzar los dedos se hace para atraer la suerte, pero mejor que no lo hagas en Vietnam: estarás ofendiendo a quien esté frente a ti, pues para ellos el gesto señala los genitales femeninos.
Hacer la »V» con los dedos: signo de »victoria» y de »paz» en algunos países como Estados Unidos; forma de »saludar» en las fotos en Japón… pero mejor no hacerlo en Reino Unido, Nueva Zelanda, Australia e Irlanda, donde se toma por un insulto.
Palma de la mano en señal de »Stop»: lo usamos para, por ejemplo, parar un taxi: levantas la mano, todos los dedos hacia arriba, y la palma mirando al exterior. Pero mejor no hacerlo en Grecia: les estarás mandando al infierno.
Mover el dedo índice para llamar a alguien: si vas a Filipinas, mejor no trates de decir a alguien «ven aquí» mediante el movimiento de tu dedo índice, como haces en España y otros países. Este gesto es usado solo para llamar a los perros, y quien lo ejerce se enfrenta a penas de incluso cárcel.
Mirar a los ojos: gesto de franqueza en culturas occidentales, mirar a los ojos mientras hablas con alguien de Asia u Oriente Medio puede ser entendido como irrespetuoso. Ocurre especialmente con las mujeres, quienes lo evitan porque mirar a los ojos puede ser tomado como muestra de interés sexual.
Fuente: www.teinteresa.es
En el sistema de castas de la India, paria, intocable, dalit, harijan, o panchamas (en hindi: दलित) es una persona que, de acuerdo con las creencias hindúes tradicional, se considera fuera de las cuatro varnas tradicionales, o niveles por encima de este. Varna se refiere a la creencia de que muchos humanos fueron creados a partir de diferentes partes del cuerpo de la divinidad Púrusha, y la parte de la que cada varna fue creada define el estatus social de una persona en relación con aspectos como con quién puede casarse y qué profesiones puede desempeñar.
Al estar fuera de las varnas, a los parias, históricamente, solo se les ha permitido realizar trabajos más marginales. Se incluyen los trabajadores del cuero (llamados chamar), los granjeros pobres y los jornaleros sin tierra, los artesanos callejeros, los artistas populares, los lavanderos de ropa y otros.
Tradicionalmente eran aislados en sus propias comunidades, hasta el punto de que las clases superiores evitaban el contacto de sus sombras. La discriminación contra los dalits existe aún en zonas rurales y en la esfera privada. No obstante, ha desaparecido en zonas urbanas y en la esfera de lo público, en lo relativo a libertad de movimiento y el acceso a la educación.
Este fenómeno, no obstante, no es exclusivo de la India, puesto que existen grupos similares en Bangladés (denominados arzal), Yemen (conocidos por al-akdham) y Japón (donde reciben el nombre de burakumin).
Fuente: https://es.wikipedia.org
Muchas mujeres japonesas se sienten avergonzadas ante el pensamiento de que alguien pueda oírlas mientras están ocupadas en el retrete. Y para cubrir el sonido de las funciones corporales, han adoptado la costumbre de vaciar continuamente la cisterna mientras usaban el retrete, desperdiciando gran cantidad de agua en el proceso.
Como las campañas de educación no frenaron esta práctica, en los años 1980 se presentó un dispositivo que, al activarse, produce el sonido del agua al caer sin necesidad de gastarla realmente. Un nombre comercial común es el de Otohime (音姫), la bella hija del rey del mar.
Este dispositivo se instala frecuentemente en los baños femeninos de reciente construcción, y muchos baños antiguos también han sido actualizados. Puede ser o bien un dispositivo separado que funciona con pilas instalado en la pared junto al inodoro, o estar incluido en el washlet. Se activa pulsando un botón o moviendo la mano frente a un sensor. Al activarse, se produce un fuerte sonido similar al de vaciar una cisterna. El sonido para al cabo de un tiempo predeterminado o se puede parar con una nueva pulsación del botón. Se estima que ahorra unos 20 L (litros) de agua por uso.
Sin embargo, algunas mujeres piensan que el otohime tiene un sonido artificial y prefieren seguir vaciando la cisterna. De momento, parece que no hay demanda de estos dispositivos en los baños masculinos, por lo que raramente están instalados en ellos.
Fuente: https://es.wikipedia.org
Primero, hay que saber que de forma general cada ayuntamiento tiene libre elección en los sistemas de numeración callejera, sin embargo, ciertas reglas se repiten. He intentado recopilar algunos sistemas encontrados navegando por ahí…
Este esquema es el más común en Europa. Números pares de un lado, impares del otro. La numeración empieza de forma creciente en el extremo de la calle más cercano al centro del pueblo (lo que me parece lo más lógico), el ayuntamiento, un posible río o un elemento representativo de la ciudad…
Aquí nos encontramos en una ciudad marítima o en una isla… La numeración empieza de forma creciente en el extremo de la calle más cercano al mar. Canarias tiene esta lógica.
En este caso, la numeración de la calle depende de los metros que separan los edificios de un punto de partida dado. Un sistema común en América y en ciertos pueblos de Francia. Donde viven mis padres, el punto de partida es sencillamente el principio de la calle.
Haaaa… Aquí cambiamos bastante la lógica. Ya no importa que los números sean pares o impares. En Berlín, usan el sistema llamado ‘herradura’: los números se siguen en la misma acera, y llegado al final de la calle, cambiamos de acera y vamos en el sentido inverso para seguir con la numeración… No se puede decir que al nivel práctico sea lo mejor…
Color negro: Casas y edificios de particulares. En rojo: Los negocios. Ese es el sistema instaurado en Florencia, Italia…
Y ese es el que más gracia me hace y me asusta al mismo tiempo: la numeración depende de la fecha de construcción del edificio… Made in Japón… Ya entiendo porqué en las imágenes urbanas que vemos de ahí, las calles están llenas… Todo el mundo está buscando el número del sitio de su destino.
Fuente: www.cuartoderecha.com
Personal del British Museum se da un paseo por Nápoles y ve una torre que le gusta.
En Nápoles si hay riesgo de lluvia no se complican. Mueven al santo y a la iglesia.
Fuente: www.publico.es
Fuente: https://brilliantmaps.com
En la cultura japonesa, incluso el orden en que las personas entran en el ascensor les impone ciertas obligaciones. Por lo tanto, en tales bagatelas, los japoneses siempre tienen armonía y orden, y todos conocen tanto su papel como su lugar.
Todos han estado en esta situación: tienes que esperar a alguien que corre hacia el ascensor, pero nadie puede decidir quién sostendrá la puerta. Como resultado, la puerta se cierra, la persona no tiene tiempo. En Japón, también hay reglas para este caso. Para hacer esto, se les ocurrió un deber: el capitán del ascensor.
En general, si es su primera vez en Japón y no tiene suficiente experiencia (o no tiene mucha reacción), simplemente no entre primero en el ascensor y manténgase alejado de los botones.
Fuente: www.pictolic.com
En Alemania, absolutamente todos comen “krapfen”, también conocidas como las donas rellenas, en la víspera de Año Nuevo. El donut alemán es una añadidura muy importante a las celebraciones de Silvester o Nochevieja. Estos por lo general, están rellenos de mermelada de frutas o chocolate. Aunque algunas veces están llenos de mostaza como para hacerles una broma a amigos e invitados. En Berlín celebran el Año Nuevo con la llamada Party Mile. Esta es una combinación de vendedores de comida, espectáculos de luces, actuaciones musicales y bares repartidos en dos kilómetros.
Al igual que Italia, en Argentina usan la ropa interior para la buena suerte en el romance. Pero en este país la ropa interior es de color rosa. Bien sea en Italia o en Argentina, color rojo o rosa, de igual manera, usarla en la Nochevieja es estar buscando un buen amor o fortalecer el que ya tienes.
Los brasileños celebran con flores blancas arrojándolas al océano en la víspera de Año Nuevo. Esto es como una ofrenda a la Diosa del Mar. En Brasil, la mayoría de las personas usan flores blancas y también las arrojan junto con velas al océano. Como una ofrenda a Iemanja, la diosa pagana afrobrasileña del mar, en la víspera de Año Nuevo.
Dicen que si el océano devuelve tus ofrendas, entonces la diosa no las aceptó. Las ofrendas de flores blancas y velas están destinadas a apaciguar a la Diosa del Mar, conocida por bendecir a madres e hijos. De igual manera se dice que las ofrendas a Iemanja traen prosperidad para el Año Nuevo.
Los birmanos celebran el Año Nuevo con el Festival del Agua Thingyan. El cual es un tipo de ritual de limpieza. Este tiene lugar a mediados de abril y marca la llegada de Thagyamin, que es una figura budista celestial, a la Tierra. Y lo hacen con el disparo de muchos cañones de agua.
Las calles por lo general suelen estar inundadas de rociadores y de personas celebrando. El propósito de esta ritual tradicional es el de limpiar la mala suerte y los pecados del año anterior. Se arrojan agua de todas las maneras como les sea posible, mientras se recitan oraciones y se purifican simbólicamente. Este ritual se remonta desde hace 500 años atrás.
Los chilenos pasan la noche en los cementerios para celebrar el Año Nuevo con sus seres queridos que han fallecido. En la región de Talca de Chile, familias enteras se reúnen en cementerios. Para así pasar la noche y celebrar el Año Nuevo con sus familiares.
En Valparaíso hacen una celebración de tres días en anticipación de la víspera de Año Nuevo. Culminando con el mayor espectáculo de fuegos artificiales en toda América Latina. También, al igual que en España, comen 12 uvas a medianoche. Usan ropa interior amarilla para la buena suerte y colocan un billete en sus zapatos.
En China, las personas pintan de rojo sus puertas delanteras para tener buena suerte en el Año Nuevo. También colocan recortes del mismo color en sus ventanas. El color rojo se considera en China, el color más afortunado y feliz. Es por esta razón que este color es muy usado y exhibido en todas las celebraciones importantes. En Hong Kong también es muy conocido la celebración por hacer los mejores espectáculos con pantallas pirotécnicas. Las cuales pueden competir con cualquiera en el mundo.
En Colombia al igual que en Ecuador, las personas prenden fuego a muñecos o espantapájaros. Esto es para que el Año Nuevo deje atrás a los malos. Las personas hacen grandes muñecos o piñatas que se parecen a las personas que no les gustan o que han muerto en el último año. Luego salen con lo viejo para quemarlo y entran con lo nuevo, en la víspera de Año Nuevo para dejar lo malo en el pasado.
Aquí se considera de muy buena suerte los vidrios rotos, así que rompen platos en Nochevieja. Las personas rompen su porcelana vieja o sin usar. Arrojándoles en frente de una amigo o familiar para traerles buena fortuna en el Año Nuevo. Aquí, mientras más grande sea la cantidad de vidrios rotos en tu puerta, serás mucho más popular.
Los ecuatorianos aparte de quemar el muñeco como lo hace Colombia. También corren alrededor de la cuadra con una maleta vacía. Con el fin de tener buena suerte en sus viajes durante el Año Nuevo. Es de igual manera aceptable, que si no quieren caminar alrededor de toda una cuadra, se agarra la maleta y la llevas de adentro hacia afuera y de afuera hacia dentro para tener la suerte en los viajes durante el año.
Aquí celebran el Festival Hogmanay en la víspera de Año Nuevo. En donde personas capacitadas desfilan con grandes bolas de fuego en su cabeza. Y luego las bolas son arrojadas al mar para alejar a los maslos espíritus. Esto lo hacen justo ante de medianoche. Según esta es una tradición con más de 100 años de antigüedad. Muchas personas creen que esta tradición está basada en un ritual precristiano. En donde purificaban y ahuyentaban a los malos espíritus.
Otros mantienen que las bolas de fuego simbolizan al sol ya que lo relacionan con el solsticio de invierno. Las celebraciones de Hogmanay en Edinburgh, se encuentran entre las más grandes del mundo. Las celebraciones dadas en Edimburgo para 1996–97 fueron reconocidas por el Libro de los Records Guinness como la fiesta de Año Nuevo más grande del mundo. La cual contó con la asistencia de un aproximado de 400,000 personas.
En diversas culturas occidentales, en especial en América del Norte, besar a alguien importante a medianoche se remonta a las supersticiones medievales. Las cuales decían que la primera persona que viste en la medianoche del Año Nuevo establecería el tono para el próximo año.
El beso de medianoche en la víspera de Año Nuevo sella el destino para el año venidero. En Nueva York también es muy conocido el espectáculo de ver caer la gran esfera Time Square. Por lo que hay muchísimas personas que esperan durante horas para ver el espectáculo.
Los estonios comen 7, 9 o 12 veces en la víspera de Año Nuevo. Esto para garantizar la abundancia de alimentos en el próximo año. Estos tres números son considerados de buena suerte. Así que si festejan muchas veces en Año Nuevo tendrán muchísima prosperidad y también la fuerza de siete, nueve o doce de personas el próximo año.
Celebran con una gran comida de medianoche para mantenerse despiertos y saludar así al Año Nuevo. El día de Año Nuevo también se caracteriza ya que los filipinos encienden fuegos artificiales y hacen mucho ruido para ahuyentar a los malos espíritus. Esta creencia se originó por la influencia de los chinos.
Las personas mayores animan a los niños a saltar en la medianoche para que crezcan altos. De igual manera, muchas personas exhiben 12 frutas circulares y usan ropa con lunares para simbolizar el dinero. También es una tradición el abrir todas las puertas y ventanas a medianoche para dejar entrar la buena suerte.
En Protochronia o la víspera de Año Nuevo, la tradición es colgar una cebolla en la puerta. Lo cual significa renacer y volver a crecer. En realidad se trata de una planta llamada esquila o cebolla de mar. Esta planta aun y cuando se desarraiga continua desarrollando nuevas hojas y flores. Esta se asemeja mucho a una cebolla grande.
Es por esto que la creencia en Grecia es que al colocarla en la puerta la planta les contagiará algo de su resistencia y buena suerte. También por la mañana del Año Nuevo los padres despiertan a sus hijos con un toque en la cabeza con planta para así levantarlos e ir a la iglesia.
En Italia, las personas tienen la tradición de usar ropa interior de color rojo para tener buena suerte en el amor en el Año Nuevo. El rojo es el color del amor y la fertilidad en Italia. Por lo cual, los hombres y mujeres jóvenes, por lo general, se colocan ropa interior de ese color en la víspera de Año Nuevo.
En Japón, Joya no kane, es la ceremonia tradicional. Que consiste en tocar una campana en la víspera de Año Nuevo. Esta tradición se remonta en las creencias budistas. Donde se tocan las campanas 108 veces para representar cada uno de los deseos o pecados mundanos de esa religión y para tener buena suerte. Las ceremonias por lo general se llevan a cabo en templos budistas.
Las lentejas, por alguna razón, tienen un papel muy importante en las celebraciones de la víspera de Año Nuevo en México. Este alimento se puede dejar afuera de la puerta el 31 de diciembre. O se puede comer sopa de lentejas antes o después de la medianoche. También suelen meter un puñado de estas en su bolsillo, bolso o cartera si no está de humor para un refrigerio. De cualquier manera, las lentejas están muy vinculadas con la abundancia y la buena fortuna para recibir un nuevo año en México.
Las personas se visten como osos y baila en Año Nuevo para alejar los malos espíritus. Esto comenzó como un ritual pagano para alejar a los malos espíritus. Pero poco a poco se ha convertido en una tradición única de Nochevieja en Rumania. Con la “danza del oso”, los bailarines se disfrazan de osos nativos representan tanto la muerte del año viejo como la llegada del nuevo.
En Siberia, los buzos plantan un Árbol de Año Nuevo debajo de lagos y ríos congelados en la víspera de Año Nuevo. Esto es un símbolo para comenzar de nuevo. Otra de las tradiciones es bañarse en aguas heladas. Realmente todo un desafío.
Si te encuentras en Hillbrow, Johannesburgo, celebrando la víspera de Año Nuevo, es mejor que tengas mucho cuidado con los muebles voladores. Aquí las personas tiran muebles por las ventanas para tener un nuevo comienzo.
Claro que, esta tradición de tirar los muebles por las ventanas de edificios altos ha sido condenada como muy peligrosa en los últimos años. Así que la tradición no es tan común como lo era antes. Las personas solían guardar o almacenar toda clase de muebles viejos, desde sofás hasta refrigeradores. Y al tirarlos por las ventanas simbolizaban el desechar viejos problemas y comenzar de cero.
Aquí arrojan granadas para la buena suerte. Se supone que abrir una granada en la víspera de Año Nuevo en Turquía significa riqueza y prosperidad para el Año Nuevo. Mientras que en Armenia se arrojan granadas al suelo para la buena suerte. Cuantas más piezas y semillas se extiendan en el suelo, más exitoso será el Año Nuevo. Dicen que, el color y la forma de la granada se asemejan al corazón humano y simbolizan la vida, la fertilidad y la salud.
Los lugares abandonados siempre tienen un aire inquietante y a la vez hipnotizador. Y uno de los ejemplos más claros lo encontramos en Burj Al Babas, Turquía. Esta colección de castillos en miniatura, a medio terminar y abandonados, con un diseño inspirado en edificaciones francesas y turcas y con estética de cuento de hadas. El efecto final: unas imágenes que podrían parecer sacadas de una película de Disney si no fuera por sus calles desiertas y aire melancólico y solitario de una ambiciosa idea que nunca llegó a completarse.
Como pasa con casi todos los pueblos fantasma, Burj Al Babas se empezó a construir con un objetivo muy diferente. Los 587 castillos que llegaron a levantarse como parte de este proyecto, y que nunca se destruyeron, iban a ser residencias de lujo para quien desease tener su propio palacete con vistas a los frondosos bosques de la zona. El proyecto original tenía planeados 700 castillos, cada uno de los cuales costaría entre 400.000 y 500.000€, y ofrecía la posibilidad de disfrutar del clima mediterráneo en medio de la opulencia y extravagancia de esas terrazas de estilo gótico sobre preciosos jardines entre tejados cónicos de pizarra.
A esta imagen idílica y lujosa se unía una ubicación excelente, junto a la ciudad de Mudurnu, muy famosa por sus termas romanas. Además, cada palacete iba a tener un jacuzzi en cada planta, suelo radiante, jardín con piscina propia y todos los servicios que se pudieran soñar al alcance de la mano. La idea de la constructora era edificar también un centro comercial, restaurantes, spas y baños turcos y hasta un campo de golf para sus adinerados habitantes. Pero cuando empezaron a construir, en 2014, no pudieron anticipar que tendrían que declararse en bancarrota antes de que concluyera en proyecto, que tenía una duración prevista de cuatro años. Ya se habían reservado más de 300 de los castillos cuando esto ocurrió.
Una combinación de factores terminó por llevar este proyecto a su fin de forma prematura. Al empezar a construirse, la obra empezó a suscitar críticas por parte de los habitantes de la zona, que no entendían que se edificase algo sin coherencia estética con nada que hubiera en sus alrededores y que contrastara tanto con las mansiones otomanas históricas. Las prácticas empresariales en lo referente a la consciencia medioambiental también atrajeron la atención de los medios, ya que la sostenibilidad de un proyecto que despejaría grandes áreas de bosque era, como poco, dudosa. Todo esto, sumado a la situación económica de Turquía, acabó por dejar a la empresa con una deuda de casi veintisiete millones de euros que obligó a detener la construcción.
Fuentes:
Los nombres de las calles no están señalizados (Kioto y Sapporo son excepciones a esta regla). Esto lo diferencia bastante de los países occidentales y hace que tengamos que aprender a leer las calles japonesas de un modo distinto. Una dirección japonesa siempre empieza por el código postal, seguido del punto geográfico más amplio y terminado con el punto geográfico más específico, es decir, el número de apartamento o de habitación.
Cuando escribimos una dirección en rōmaji (el alfabeto latino), el orden de escritura se invierte respecto a cuando escribes con caracteres japoneses. Es decir, empiezas por el número del apartamento o con el nombre del edificio y terminas con el nombre de la prefectura y el código postal. Cuando introduzcas una dirección japonesa en Google Maps, debes escribirla en este orden.
Por ejemplo, esta sería la forma de escribir una dirección en rōmaji y con caracteres japoneses:
〒170-0013
Este es el código postal. 〒 es el símbolo de la oficina de correos japonesa. En Japón, los códigos postales se componen de siete dígitos y siguen la estructura NNN-NNNN.
Japón está dividido en 47 prefecturas (県, ken), y esta es la parte que viene después del código postal. Normalmente se pronuncia y se escribe 県 (ken), como la prefectura de Tochigi: 栃木県 (Tochigi-ken).
Lo siguiente es la ciudad (市, shi), el barrio (区, ku) o el condado (郡, gun).
Al nombre de la ciudad le sigue el sufijo (市), como a la ciudad de Yokohama (横浜市, Yokohama-shi).
Las ciudades más grandes también se pueden dividir en pequeñas secciones que son llamadas barrios. Tokio está dividido en 23 barrios especiales (特別区, tokubetsu-ku), conocidos simplemente como barrios (区, ku), como por ejemplo el barrio de Shinjuku (新宿区, Shinjuku-ku).
A las áreas más pequeñas y menos pobladas se las llama condados o distritos (郡, gun). Los condados son más comunes en las zonas rurales de Japón, como el distrito de Gunma (群馬郡, Gunma-gun), ubicado en la prefectura de Gunma.
Muchas direcciones en Japón también se dividen en zonas geográficas más pequeñas: ciudades pequeñas (町, machi/chō) y pueblos (村, mura/son). Sakuragi-chō (桜木町), en Yokohama, es un buen ejemplo de ciudad pequeña.
Por ejemplo, la primera parte de la dirección de la estación de Sakuragi-chō es la siguiente: 神奈川県横浜市中区桜木町. Lo que se traduce como: prefectura de Kanagawa, ciudad de Yokohama, barrio de Naka, ciudad pequeña de Sakuragi.
Las ciudades japonesas están también divididas en distritos de la ciudad (丁目, chōme). Estos se asignan normalmente basándose en su cercanía con el centro de la ciudad. Cuando lees una dirección en japonés, a chōme siempre le sigue un número: por ejemplo, 3丁目 (san–chōme), o el tercer distrito de la ciudad.
Al distrito de la ciudad le sigue el número de la barriada o manzana en la que se encuentra (番地, banchi). Al igual que al chōme, al banchi también le precede un número. Las barriadas normalmente tienen una forma muy irregular y están muy dispersas. Esto se debe a que están numeradas según el orden en las que fueron registradas.
Las casas y los edificios se ordenan con el número de domicilio (号, gō). El orden de los números depende de cuándo fue construida la casa, con lo cual los números no tienen por qué seguir un orden lineal. Los gō también pueden seguir el sentido de las agujas del reloj.
Estas tres partes (distrito, barriada y número de domicilio) también pueden escribirse solamente con números, como esto: 3丁目-3-13, en lugar de 3丁目3番地13号. Esto se leería como tercer distrito de la ciudad, tercera manzana, domicilio número 13.
Si la casa o el edificio tiene nombre, este se pondrá a veces después del número de domicilio.
Por ejemplo, el Ichiran Ramen de Shibuya se encuentra en 東京都渋谷区神南1丁目22−7 岩本ビルB1F (Tokyo-to, Shibuya-shi, Jinnan, 1-chōme−22−7 岩本ビルB1F), lo que significa que está en la planta B1 del edificio Iwamoto.
Para los apartamentos, los números del domicilio (o el nombre del edificio) van seguidos de un número de apartamento. Normalmente se añaden después del número del distrito de la ciudad, la manzana y el número de domicilio. Por ejemplo, si alguna de las direcciones mencionadas fuera un apartamento con la dirección 3丁目-3-13-502, significaría que el número de apartamento es el 502.
Fuente: https://gogonihon.com
“¿Qué es la cosa más extraña que has tenido que hacer en casa de alguien debido a su cultura/religión?” Es la pregunta que lanzaba un usuario de Reddit y cuya respuesta, que se ha hecho tremendamente viral, nadie esperaba.
–“Recuerdo ir a casa de un amigo sueco. Mientras estaba jugando con él en su habitación su madre gritó que la cena estaba lista. Y al loro. Me dijo que esperara en su habitación mientras comían”.– Explica un usuario.
“Fui a dormir a casa de un amigo. Cuando me desperté, me dijo que bajaba durante unos minutos. Después de un cuarto de hora bajé a ver qué estaba haciendo y estaban desayunando. Me vio y me dijo que casi había acabado y que ahora subía”.
¿Es cierta esta costumbre de los suecos? Aunque con matices, parece ser que sí. Como explica a DAP la asturiana Raquel Machín, que lleva casi una década afincada en Suecia –y ya es, de hecho, sueca–, es una de las cosas que más les sorprendió al convivir con sus nuevos vecinos.
“En general el sueco con la comida es como decía mi abuela un husmias”, explica. “Si llevas a tu hijo a jugar una tarde a casa de alguien hay que pactar de antemano si va a quedarse a comer o no y a la hora que le vas a recoger. Si llegas tarde y has dicho que no coma, sí le mandan al rincón”.
El hilo de Reddit se ha hecho también viral en Suecia, donde no son conscientes de que sus costumbres no son muy habituales en el resto del mundo. “No entendían por qué los mediterráneos, asiáticos, africanos, árabes estaban en shock”, explica Machín.
Durante todo el día de ayer, cuando se viralizó el asunto, los suecos se volcaron en Twitter a explicar el por qué de estos hábitos, defendiendo que han sido muy pobres o que la razón principal es por respeto a la familia del niño, porque no saben si tienen alguna alergia o intolerancia. Pero lo cierto es que hay razones culturales más complejas.
“Los sureños ofrecemos comida a cualquiera y no tenemos en mente que se nos compense pero los suecos ven cualquier ofrecimiento como un contrato vinculante al que en el futuro tendrán que responder recíprocamente”, explica Machín. “Este ofrecimiento y aceptación implica el principio de una relación, y si todavía no tienen claro que quieren una relación contigo (de cualquier tipo), les pones en un compromiso y les resulta súper violento aceptar”.
Una vez van entendiendo que tus costumbres son distintas, explica Machín, se adaptan como pueden: “En el momento que les parece bien tenerte alrededor vaya que si comen jamón y beben vino que les ofreces. Y te traen regalos y te ofrecen sus mierda de waffles y salchichas (aunque con mesura)”.
Otro asunto que al parecer no conciben en Suecia es que la gente lleve comida para compartir. Y menos aún que esto se haga en restaurantes.
“Me ha pasado de llevar tortillas o empanada a picnics, ofrecer y que me mirasen raro”, explica Machín. “También he ido a barbacoas pensando que las salchichas eran comunales y pillar una y tener crisis diplomática. He visto a suecas comerse una tapa de pimientos de padrón, que aquí son populares, ellas solas, sin compartir, metiéndose un pimiento detrás de otro”.
“El rollo de ofrecer comida e insistir e insistir e insistir (asturias inside, imaginad mi extrañeza) se percibe como cuando vas al bazar y te intentan meter a la fuerza dentro”, prosigue Machín. “O sea: primitivo y por descontado «inferior”.
Con el tiempo, no obstante, la rigidez sueca se va minando. “Hay una tendencia también entre los ‘modernos’ de adoptar maneras más sureñas en cuanto a protocolo: compartir comida y etc”, concluye Machín. “Porque se ve como algo cool. Gracias Barcelona y Donosti por haber hecho esta imagen posible”.
“Acabo de venir de buscar a mis nenes que habían ido a jugar a casa de un compi y confirmo que les han dado comida”, explica Raquel Machín, la asturiana afincada en sueca con la que hablamos para ilustrar nuestro anterior artículos obre el asunto y que, suponemos, no tiene miedo de ser descubierta en su país de acogida.
“La madre estaba súper nerviosa y recalcó varias veces que les ofreció lo mismo y que hubo cosas que no quisieron probar”, explica. “Y yo: pos claro, mujer, chill, todo ok. Les hemos creado un trauma a los suecos y ahora están intentando muy fuerte hacer la cosa de ofrecer comida bien y naturalmente. Pubritines, se lo han tomado muy a pecho”.
Una vez entendí que una fábrica en China no podía cerrar los fines de semana, le propuse a mis socios cerrar al menos los domingos. Me miraban como si yo llegara de marte. Y… al contrario de lo que yo creía, no estaban defendiendo sus beneficios empresariales, lo que intentaban explicarme es que esto no funcionaba así.
Y el argumento era el siguiente: “un inmigrante, y la mitad de los empleados de nuestra fábrica lo eran, waidiren venidos de las provincias más pobres” no vive a 2000 km de su casa, con la angustia de no saber si hay otro tipo cuidando de su mujer y su hijo… para que tú te dediques a cerrar la fábrica aleatoriamente cuando te viene en gana.
No, él ha venido a trabajar, como una bestia, a ahorrar todo lo que pueda para construirle una casa a su madre en el pueblo, para montar eventualmente un negocio propio o para pagarle la universidad a su hijo, cada día de fiesta que le das no es sólo un desperdicio en términos de ingresos, además según su modus operandi, si no está ingresando, está gastando. Se pasará por los billares del pueblo con los otros empleados y se gastará un dinero muy preciado en cervezas.
No, Adrián, si le das menos de 28 días de trabajo al mes, se irá a la fábrica de al lado. Me decía mi socio, porque yo entiendo tu cerebro occidental y tus conflictos mentales, pero él no. Sabes lo que va a pensar él? Que no tienes pedidos. Porque ningún empresario en su sano juicio, con pedidos sobre la mesa, cierra la fábrica. Cada vez que una fábrica les dice a sus empleados, mañana no vengáis, genera temor. Si no eres capaz de darle trabajo todo el mes, dudará de ti, de su estabilidad futura y buscará otro empleo donde le garanticen trabajo porque tú no lo haces.
…
Hoy os dejo con una frase, de una época en la que viví en una ciudad donde en aquel momento, se producía el 60% de todo el calzado deportivo del mundo. La mayoría de mis amigos trabajaban en fábricas de calzado y me dijeron algo que me rompió la cabeza, sobre las buenas intenciones, el trabajo duro, el pasado, presente y futuro de China.
«Me he sacrificado toda mi vida para que mi hijo no tenga que pisar una fábrica de Nike, pero ha hecho más Nike por China que todas las ONG’s juntas”
Fuente: https://sedeenchina.com
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