Indomable…

El plató de Saturday Night Live se quedó helado. Nadie aplaudió. El realizador retiró el cartel de aplausos. En sus palabras, ese día, el estudio «se quedó sin aire». El sábado 3 de octubre de 1992, Sinéad O’Connor hizo pedazos una fotografía del Papa Juan Pablo II delante de la cámara del programa más visto en Estados Unidos, y protagonizó una escena que el mundo no ha podido olvidar. Aún vista a día de hoy, su visceral interpretación de ‘War’ de Bob Marley, y ese final en el que canta la palabra «malvado» mientras destripa una foto del Papa y desafía a “combatir el verdadero enemigo”, la Iglesia Católica, por su encubrimiento de casos de pederastia dentro de la institución, ponen los pelos de punta.

Sinéad, que en ese momento contaba 26 años, no tenía prevista exactamente su polémica actuación aunque es difícil pensar que no le rondara por la cabeza. Ya casi nadie recuerda que la cantante irlandesa se encontraba en Saturday Night Live para presentar su disco de versiones, ‘Am I Not Your Girl?’, y que antes de romper la famosa foto, cantó una primera canción, ‘Success Has Made a Failure of Our Home’. Su segunda aparición se iba a componer de una interpretación de ‘Scarlett Ribbons’, pero el día antes, Sinéad optó por ‘War’, una canción que ni siquiera formaba parte del disco.

Los realizadores de Saturday Night Live pensaban que Sinéad preparaba una segunda actuación donde iba a denunciar la guerra de de Bosnia, y durante los ensayos se la vio sosteniendo una fotografía que precisamente retrataba a un niño bosnio. Pero la irlandesa no iba a dejar pasar la oportunidad de denunciar la crisis de los abusos sexuales en la iglesia desde la mayor plataforma que se le había concedido, y cuando llegó el momento de sacar la foto, lo que vio el público fue una instantánea del Papa, después rota en varios pedazos. Cuando la intérprete volvió al backstage se encontró con que todo el mundo se había esfumado, incluido su mánager.

El programa recibió cerca de 5.000 llamadas esa noche, solo 7 de las cuales apoyaron la acción de Sinéad. La mayoría condenaron su atrevimiento, y la reprobación llegó a las calles. En el centro de Nueva York se celebró una destrucción masiva de CDs de O’Connor: alguien pasó una apisonadora industrial por encima de una montaña de discos de la cantante.

Como suele ocurrir en Saturday Night Live, la artista invitada volvió a aparecer en el programa al final, en el segmento de despedidas y agradecimientos. Robbins dio las gracias a su pareja de entonces, Susan Sarandon, por haber acudido al programa (por cierto, el día de su cumpleaños) pero pasó de dar las gracias a Sinéad, quien le acompañaba en el escenario. Es digno de mención que, a día de hoy, el canal de Youtube de Saturday Night Live sigue sin publicar oficialmente la polémica actuación de Sinéad en su canal.

 

13 días después, Sinéad apareció en un concierto tributo a Bob Dylan celebrado en el Madison Square Garden. La artista fue abucheada por el público y, después de un fallido intento por cantar la canción que había preparado, improvisó una interpretación de ‘War’ más apasionada aún que la vista días atrás. Al terminar, se echó a llorar en brazos del cantautor Kris Kristofferson, que la había presentado en el escenario. Le dijo, al oído, que no hiciera «caso a esos bastardos».

Comercialmente, la carrera de Sinéad nunca se ha recuperado, pero ella no cree que la arruinase en absoluto. Según ella fue el número 1 de ‘Nothing Compares 2 U’ el que «descarriló mi carrera, y lo que la encarriló fue el momento en que rompí en pedazos esa foto». En ‘Rememberings’, su libro de memorias, lo deja aún más claro: «todo el mundo quiere una estrella de pop, pero yo soy una cantante de protesta. Tenía cosas dentro de mi pecho que debía sacar. No tenía ningún interés en la fama».

Cuando, en 2008, la Iglesia empezó a pedir perdón por los casos de pederastia encubiertos, la actuación de Sineád empezó a ser vista de otra manera. En el documental ‘Nothing Compares’, estrenado estos días, se sigue reivindicando su figura como «activista por los derechos humanos y la salud mental y como feminista y persona no binaria» completamente adelantada a su tiempo. Ella sí cambió el mundo, aunque tantos no lo vieran entonces.

Fuentes:

Slumdogs…

Están sentados en la acera, delante de una tienda de electrodomésticos, y miran hipnotizados la pantalla donde pasa un capítulo de Talking Tom, el dibujo de los niños de la India, y así se olvidan un rato de que les han condenado a ver la vida en el escaparate. A su lado está el gerente del establecimiento. Cada noche hace lo mismo: los niños llegan al atardecer y él les pone los dibujos. Luego se van hasta el día siguiente, fieles como los gatos de la ciudad.

La escena sucede en Chennai, capital de Tamil Nadu, «la tierra de los Tamiles», el estado más meridional de la India. La tienda se llama Darling Electronics y al encargado lo elogian por su gesto. Pero de los niños no se conocen sus nombres. A la niña de verde y al niño de los harapos solo se les ve de espaldas, y el autor del vídeo no explica qué ocurre con ellos cuando se acaban los dibujos animados. Puede que sean habitantes de las chabolas, un tercio de la población de Chennai. Slumdogs: perros de arrabal, animales divinos.

La piedad del gerente de la tienda de electrodomésticos conmueve a las redes sociales mientras el mundo gira a su ritmo. En la India, uno de cada cinco niños vive en la pobreza. Hace quince años eran más, celebra la ONU, pero el hambre sigue llenando cien millones de estómagos infantiles en un país que quiere ser un polo de prosperidad tecnológica.

Fuente: https://lasoga.org/

Tregua de Navidad…

La Tregua de Navidad fue una serie de ceses al fuego no oficiales que se extendieron a lo largo del Frente Occidental en la Primera Guerra Mundial alrededor de la Navidad de 1914.

La tregua se produjo cinco meses después de que comenzara la guerra. En la semana previa al 25 de diciembre, soldados franceses, alemanes y británicos cruzaron las trincheras para intercambiar saludos y charlas estacionales. En algunas áreas, hombres de ambos bandos se aventuraron en la tierra de nadie durante la Nochebuena y Navidad mezclándose e intercambiando comida y souvenirs. Hubo ceremonias funerarias conjuntas e intercambio de prisioneros, mientras que muchos encuentros terminaron en cánticos de villancicos. Se disputaron partidos de fútbol entre bandos, creando una de las más memorables imágenes de la tregua.

Al año siguiente, algunas pocas unidades concretaron un cese al fuego pero las treguas no fueron tan extendidas como en 1914; esto se debió, en parte a las órdenes fuertemente redactadas de los altos mandos de ambas partes, prohibiendo las treguas. Para 1916 los soldados ya no estaban dispuestos a una tregua.

Las treguas navideñas fueron particularmente significativas debido a la cantidad de hombres involucrados y el nivel de su participación (incluso en sectores tranquilos, decenas de hombres congregándose abiertamente a la luz del día fue extraordinario) y a menudo se ve como un momento simbólico de paz y humanidad en medio de una de las guerras más violentas de la historia.

Fuente: https://es.wikipedia.org

¿Cómo te gustaría ser recordado?

«Ni me preocupa. Nos creemos que somos importantes. No somos ni un grano de arena en la magnitud del universo. El hombre es un bichito vanidoso… los monumentos más espectaculares los humanos los han hecho intentando sobrevivir…. esos monumentos como son las pirámides para hacerle la tumba a un tipo… es porque amamos la vida y queremos escapar… a preguntas que no tienen respuesta.»

Fuente: www.youtube.com

El profesor de la teoría del 10…

Yván Pozuelo es profesor de francés en el IES Universidad Laboral de Gijón y se enfrenta a la inhabilitación por su método de trabajo: da una nota de 10 a todos sus alumnos para motivarles y huir de la tiranía de los exámenes. La fórmula ha irritado a las autoridades educativas del Principado, que han abierto una investigación. Él defiende que solo aplica la ley de 2006, que cambió evaluar contenidos por competencias. El Plural ha querido conocer de primera mano la línea de trabajo de este maestro que se lo juega todo por sus alumnos.

 

¿Da usted un 10 a todos sus alumnos?

Por desgracia no, pero casi. No hay que confundir calificación final con notas durante todo el curso. Lo consiguen después de corregir y corregir. Si el proyecto está bien, le pongo un 10. Si está mal, el alumno es quien pone su nota. Si acierta, yo le doy el 10. Porque en la Ley de Educación se habla de la autocapacidad del alumno. El objetivo es salir del aula sabiendo algo más a partir de un método conversacional, con situaciones prácticas, como marca Europa. No uso el libro de texto

¿Qué plantea la ley?

En 2006, la ley planteó pasar de evaluar por contenidos a evaluar por competencias, pero la Administración no ha dicho aún cómo hacerlo, ninguna instrucción, un tabla, nada. Se trata de evaluar siete competencias que deben desarrollarse en los alumnos, además de trabajar con atención a la diversidad: lingüística, matemática, social y cívica, emprendedor, artística y la competencia de aprender. Pero 15 años después se siguen poniendo los mismos exámenes y se sigue sin examinar competencias. ¿Era para quedar bien con Bruselas y recibir las subvenciones europeas?

Por ejemplo, para la Selectividad de este año, la instrucción en lenguas extranjeras es que no se evalúa la comprensión oral. Eso es un timo de evaluación. ¿Cómo no escuchar los conocimientos orales del alumno? Su argumento es que no hay dinero para contratar a profesores que realicen estos exámenes. ¿Somos incapaces de organizar una conversación?

Hay un desconocimiento de las aulas y de las generaciones de hoy en día, hay que apostar por el cambio y apostar por la educación.

Pero usted sí lo hace

Mientras esté indicado en la Ley, creo que debo hacer lo que hago, aunque siempre siendo consciente de que puedo equivocarme porque no se han dado las herramientas a los profesores para hacerlo. Le puedo decir que lo llevo haciendo 10 años y nunca he tenido una sola queja de nadie. A mí me denuncia la consejera porque vio una entrevista en la prensa.

¿Se refiere a la entrevista en el diario El Comercio, en diciembre de 2019 por la publicación de su libro ‘¿Negreros o docentes? La rebelión del 10’?

Sí, esa entrevista. No medió palabra. Vino la Inspección Educativa al colegio, sin avisar y, luego, horas y horas de interrogatorios. Se me pidió, incluso, que me retractara de lo que dije. Esto es muy fuerte porque era mi derecho a la libertad de expresión. Ha irritado unas opiniones básicas en un libro que ni siquiera han leído.

Usted está en contra de la ‘tiranía del 10’

Con la ley en la mano. El 10 no es falta de eficiencia, al contrario, exige más a los alumnos. Un 10 en educación secundaria no es saberlo todo. Si le pones el mismo examen a un alumno tres semanas después, sin avisarle, dudo que vuelva a obtener esa nota. Ha olvidado la mayoría del contenido. Yo busco darle confianza al alumnado. No voy a usar mi asignatura para desmotivar y reforzar el fracaso escolar

El timo del estudiante brillante es una nulidad intelectual que no debería estar en el mundo desarrollado de 2021. La posición de España no puede ser esa.

¿Cómo fue recibida su iniciativa en el colegio, por parte de la dirección, de los profesores y alumnos?

La dirección no me ha dicho nada, siempre me han valorado correctamente. A raíz de la inspección, se han puesto del lado de ellos. Pero mantenemos una cordial relación.

La inmensa mayoría de los alumnos lo ha recibido bien, aunque algunos, no porque están acostumbrados al concurso, a la competencia y hay quien no quiere compartir su primer puesto con otros. Y hay padres que, tampoco porque creen que sus hijos son más brillantes.

Con los alumnos potencio su creatividad y sus capacidades. Les hago crear vídeos, poemas, canciones… Siempre hay una ocasión para decirles: ‘muy bien’, es decir, ‘un 10’.

 Puede usted ser inhabilitado por muchos años

En Asturias a la gente del poder no le ha gustado mi método y han intentado usar su poder represivo, desde hace más de un año han estado buscando faltas, pero no han encontrado nada serio. Han usado recursos públicos en medio de la pandemia para intentar sancionarme. No podemos aceptar eso como sociedad.

Fuente: www.elplural.com

La última lección de Anguita…

Si en estos momentos viniese un extraterrestre a España, o sencillamente un extranjero que nada conociese de nuestra política, y viese las reacciones en medios, redes, mentideros políticos y ciudadanos ante la muerte de Julio Anguita pensaría en su liderazgo en alguna organización política de millones de seguidores.

Este nuevo observador no podría imaginar que, cuando era el líder de una organización política, apenas le votaron ni el 10% de los ciudadanos, la tercera parte de la gente que votaba a Aznar y luego a Rajoy, que ese al que ahora aplauden su coherencia en los periódicos era machacado y destrozado cada día por los medios cuando era coordinador de Izquierda Unida, calificado de iluminado por sus adversarios políticos y, no olvidemos, traicionado cada dos meses por compañeros de su propia organización.

Cualquiera que ahora tenga menos de treinta años no entenderá cómo ese político tan admirado y coherente, y con un discurso tan incontestable, tenía una influencia irrelevante en el sistema por el cuál se decide qué políticos nos gobiernan.

La unánime reacción de aplauso y reconocimiento de la clase política, mediática y la ciudadanía ante la muerte de Julio Anguita será la última lección que nos habrá dado el líder comunista: que existe algo miserable en este sistema político, o quizás en la naturaleza humana, que logra neutralizar al hombre que con su  pensamiento nos muestra la verdad, la dignidad y la necesidad de levantarnos y que en vida de poco o nada le sirve en las urnas. Hay que reconocerlo y decirlo, la decencia de Anguita genera muchas loas y brillantes obituarios, pero en este país por cada uno que le hubiera votado, cien lo habrían hecho a un prevaricador, un estafador, un ladrón o un criminal. Es lo que ha estado sucediendo desde hace cuarenta años. La sociedad española, esa que ahora le aplaude como si todos ahora fuesen seguidores de sus principios, lleva muchos años matando a Anguita con nuestra hipocresía, nuestra insolidaridad, nuestro nihilismo, nuestra frivolidad y nuestro conformismo. Ojalá nos despertara tanta sensación de vergüenza propia como admiración.

Fuente: www.eldiario.es

Ampliación:

Viajar…

«Viajar es librarse de todas las ideas, de todos los prejuicios que la sociedad nos mete dentro desde que nacemos…pero que no sirven para nada, que no contribuyen para nada a nuestra felicidad. Es librarse de todas esas ideas, de las invenciones y fantasías de una cultura en una sociedad concreta. Me refiero a ideas como…el dinero…o las posesiones…o Dios…o el amor monogámico…o la buena educación. Todas esas ideas que parecen muy reales para la gente que está en una sociedad concreta; parecen verdades tan reales como el suelo, pero que en verdad son sólo fantasías de una cultura.»

Albert Casals

Libereco Assange…

En 2012, el año en que llegué a Londres como embajadora, Julian Assange obtuvo el asilo diplomático de Ecuador y se instaló en la embajada de la calle Hans Crescent. Ese dia la embajada fue rodeada de carros de la policía británica y algunos agentes pugnaban por entrar. Mi primer reflejo fue mandar unas bandejas de empanadas y alfajores para aliviar los trajines de la embajadora Ana Alban. Juntas organizamos en los días subsiguientes una reunión de embajadores latinoamericanos para seguir desde la legación de Ecuador la sesión de la OEA donde se discutía el asilo de Assange. Nos sentamos, por primera vez, alrededor de esa mesa oscura, en una sala austera. De pronto, discretamente, como todos esperábamos, irrumpió Julian Assange. Ya era una leyenda. Le expresé cuánto teníamos que agradecerle los latinoamericanos por sus revelaciones de los cables diplomáticos que muestran el grado íntimo y perverso de injerencia del gobierno de Estados Unidos en nuestros asuntos. Yo misma tenía como prueba el cable que escribió el embajador de Estados Unidos en Argentina, Lino Gutierrez, sobre mi designación como embajadora en Venezuela, donde se describen detalles puntuales de mis actuaciones, que ni yo misma recordaba.

Ese día comenzó una larga serie de encuentros que tuve con Julian a lo largo de los cuatro años de mi misión en Londres y en los años subsiguientes, en que lo visité varias veces. Nuestra primera conversación giró en torno a las acusaciones que tenía en Suecia sobre abuso sexual; hablamos con franqueza, y concluí que se trataba de una fabricación de dos mujeres inescrupulosas con las que tuvo relaciones casuales, quienes habían sido manipuladas para criminalizarlo. Suecia reclamaba su extradición para responder a esas denuncias –nunca configuraron cargos– mientras que sus abogados solicitaron incansablemente que pudiera declarar en Londres, ya que Suecia lo extraditaría a los Estados Unidos por haber revelado secretos de Estado.

Rudolf Kazarian…

Hace 30 años, cuando los armenios aún estaban paralizados por la conmoción tras uno de los terremotos más devastadores del siglo XX, Rudolf Kazarian, jefe del servicio penitenciario local, tomó la arriesgada decisión de autorizar a unos doscientos cincuenta presos a salir de la cárcel en busca de sus seres queridos.

“Tengo que hacerlo, no puedo dejarles encerrados”, dijo Kazarian tras el violento sismo, cuyo trigésimo aniversario se conmemora este viernes y que dejó más de 25.000 muertos y 140.000 heridos graves.

La iniciativa del funcionario de conceder un permiso temporal a 248 reclusos originarios de las zonas afectadas por el desastre no encontró comprensión en Moscú, pues los dirigentes soviéticos no la veían viable e instaron al funcionario armenio a no pecar de ingenuidad.

“Le decían que no lo hiciera, que era ingenuo pensar que en el caos que reinaba en el país los reos, especialmente los reincidentes, iban a volver a la cárcel por su cuenta”, recuerda en una conversación con Efe el hijo del coronel armenio, Arsén Kazarian.

Sin embargo, el militar estaba decidido: los presidiarios tenían que salir para despedirse de sus seres queridos, cuya vida se truncó aquel trágico diciembre.

El gesto sin precedentes aplacó las tensiones que se cocían dentro de algunos penales y que amenazaban con causar nuevas víctimas entre el sufrido pueblo, pues en una cárcel un guardia ya había empleado su arma reglamentaria para frustrar el intento de fuga de un preso que quería reunirse con sus familiares.

Kazarian no quería esperar más. Aceleró todos los trámites, firmó los papeles necesarios y los 248 reos, entre ellos varios condenados por delitos graves, pudieron abandonar los centros penitenciarios.

Más tarde, al llegar a casa, el coronel pidió perdón a su mujer y sus hijos.

“Nos reunió a todos y nos pidió perdón. Dijo que no sabía qué le iba a pasar y que nos podían declarar hijos de un enemigo del pueblo. Luego nos mandó a casa de un amigo”, rememora Arsén, quien señala que su padre era muy consciente de que su vida y el futuro de su familia estaban en aquel momento en manos de esas 248 personas.

“Apenas durmió durante estos días, no paraba de dar vueltas por la casa durante la noche y por la mañana muy temprano se marchaba a trabajar”, dice la viuda de Kazarian, Aída.

Contrariamente a todos los pronósticos, los presos no le defraudaron.

“Había muchas dudas sobre cómo se iban a comportar en libertad, si iban a merodear o actuar de forma indecente. Pero nadie me falló. He aquí un documento que lo certifica”, dijo el coronel en una entrevista con el diario “Komsomólskaya Pravda” poco después del terremoto.

Tanto es así que uno de los reclusos destacó incluso por su conducta ejemplar al devolver al Gobierno el dinero de una caja de ahorros, hallado entre los escombros de la entonces Leninagán.

Bajo el título “Los cinco días del coronel Kazarian” el rotativo de mayor tirada en la URSS dedicó un homenaje al militar armenio, donde incluyó el testimonio de uno de los 248 reclusos.

Leva Martirosian, con cuatro condenas a sus espaldas, ocupó esos cinco días en buscar a su hijo, cuyo rastro se perdió en Leninakan (actual Gyumrí), la segunda ciudad más afectada por el terremoto.

Tras finalizar el plazo, el recluso regresó al penal sin haber podido dar con él.

Un día después, un féretro con el cuerpo de su hijo llegó al puesto de control de la cárcel, lo que permitió a Martirosian despedirse de su hijo, según el periódico.

Después de la publicación del artículo, Kazarian comenzó a recibir cartas de todos los rincones de la Unión Soviética.

“Usted ha llevado a cabo un experimento extraordinario que ha cambiado la forma en que vemos las cosas. Los especialistas estudiarán lo que yo llamaría ‘el fenómeno de Kazarian’”, rezaba uno de los telegramas, fechado en la ciudad rusa de Vladivostok.

Kazarian, que murió en 2009 a los 70 años, siguió dirigiendo los servicios penitenciarios varios años más después del cataclismo.

Fuente: www.diarioarmenia.org.ar

Por encima de las ideologías están las personas…

«Nunca pensé que fuera a decirle algo así a alguien y menos a un diputado del PP, pero creo que lo vamos a echar de menos». Con esas palabras anunció Alberto Rodríguez, parlamentario de Podemos por Canarias, que pretendía homenajear a uno de sus compañeros en el Congreso, Alfonso Candón. Aunque este fuese del grupo totalmente contrario al suyo. «Le voy a decir algo, que creo que es de las cosas más bonitas que se le pueden decir a alguien y es que es usted una buena persona», señaló Rodríguez entre los aplausos del resto de parlamentarios.

 

Fuente:

El ‘pizzo’…

El pizzo’ el impuesto de los clanes a los comerciantes, es la base histórica de la economía mafiosa y un abuso asumido, hasta que por primera vez alguien se ha rebelado en Palermo.

La película que se conoce sobre la Mafia es de 1906, muda, 10 minutos, se encuentra por Internet. Se llama The Black Hand, la mano negra, y verla es como observar por el microscopio la célula primigenia de un virus muy antiguo. La acción transcurre en Nueva York, donde se movían las primeras bandas mafiosas de inmigrantes italianos, que empezaban por lo mínimo en la escala del parásito: vivir de los demás mediante la extorsión. La víctima es un carnicero, también italiano, a quien sus despiadados compatriotas piden dinero con la amenaza de secuestrar a su hija. Cumplen lo anunciado, el hombre no paga, avisa a la policía y al final –¡atención, spoiler!–  todo acaba bien, salvan a la niña y arrestan a los malos. Hoy, 111 años después, en Sicilia las cosas siguen funcionando más o menos igual. Para la Mafia el pizzo, el impuesto que exigen a los comerciantes por su protección, es aún la base de la economía doméstica de los clanes. Basada en una cínica paradoja: “Págueme, que yo le protejo de mí mismo, de lo contrario no le puedo garantizar que no le queme el garito”. De toda la vida todos pagan y callan, es una técnica que se asienta en la intimidación personal, puerta a puerta. Siempre fue así, hasta que los mafiosos toparon con Libero Grassi.

Libero Grassi era un fabricante de pijamas de Palermo. Se llamaba Libero, libre, porque sus padres eran antifascistas y en 1924 le bautizaron así, como desafío. Nunca hubo mejor nombre ni más inspirado para quien un 10 de enero de 1991, justo hace ahora 26 años, publicó la siguiente carta en el Giornale di Sicilia: “Quería advertir a nuestro ignoto extorsionador que se ahorre las llamadas de tono amenazador y los gastos para la compra de mechas, bombas y proyectiles, porque no estamos dispuestos a dar contribuciones y nos hemos puesto bajo la protección de la policía”. Le habían pedido el pizzo y había dicho que no, pero es que encima lo contó en el periódico. Pasaron tres cosas: de inmediato se hizo famoso, casi enseguida se quedó solo y le asesinaron ocho meses después, el 29 de agosto.

“¿Pero está usted loco? ¡En Gela, por ejemplo, el 90% de los comerciantes paga el pizzo!”, le preguntaba asombrado el presentador de un programa de televisión. Al ver aquellas imágenes hoy, que también se encuentran por Internet, es imposible no conmoverse ante la entereza de uno de esos héroes cívicos italianos que salvan un país entero. El mismo presidente de la patronal siciliana le abroncó porque “los trapos sucios se lavan en casa” e incluso un juez de Catania absolvió en esas fechas a unos empresarios acusados de ceder a la extorsión, porque consideró que no era delito pagar por la “protección” de un capo mafioso. Si todo el mundo hiciera como Grassi, argumentó, miles de empresas sicilianas tendrían que cerrar. Este era el panorama, y no hace tanto. “No estoy loco”, replicó el humilde fabricante de pijamas, “no me gusta pagar porque es una renuncia a mi dignidad”. A veces no hacen falta tantas explicaciones para que las cosas estén claras.

El asesinato de Libero Grassi volvió a colocar el terror en su sitio y la vida siguió como siempre. Trece años después, en 2004, su viuda se sorprendió al ver unas pegatinas por las paredes de Palermo: “Un pueblo que paga el pizzo es un pueblo sin dignidad”. Fue muy comentado en la ciudad, y cuando le llamaron los periodistas dijo que no tenía ni idea de quién había sido, pero que si eran jóvenes los adoptaría como nietos suyos y de su difunto marido. Al día siguiente se presentaron en su casa un grupo de chavales y así nació Addiopizzo, una asociación contra el impuesto mafioso. Desde entonces, si uno va a Palermo y ve una tienda que exhibe su logo en la puerta, sabe que allí plantan cara a los mafiosos. Ya son más de 1.000. Pero aun así seguía siendo un desafío individual, de gente que se juega el tipo por su cuenta. Hasta que el pasado mes de mayo pasó algo insólito en el bullicioso mercado de Ballarò, uno de los más antiguos de Palermo. Fue noticia nacional: 10 tenderos en bloque denunciaron a los mafiosos que los extorsionaban, que fueron detenidos. Nunca en más de un siglo de historia de la Mafia se había producido una denuncia colectiva contra los matones del pizzo, nunca un grupo de comerciantes sicilianos se había rebelado ante los capos… y, de hecho, sigue sin ocurrir. Porque quien se resistió al pizzo fue un puñado de bengalíes, los inmigrantes de Bangladés del mercadillo del barrio.

Los bengalíes, hartos de chulos con pistola que entraban en sus tiendas y metían la mano en la caja, dieron una lección a los vecinos, atemorizados desde hace generaciones por una costumbre heredada, por el estado natural de las cosas. Fueron detenidos 10 mafiosos de la familia Rubino, entre ellos los cuatro hermanos con este apellido, cabezas del clan. Todos eran jóvenes, de veintitantos años, siguiendo la tradición. Pero lo que animó a los bengalíes a dar el paso fue lo que hizo antes un solo hombre. Se llama Yusupha Susso, tenía 22 años y es de Gambia. Se enfrentó a los abusos de la banda y uno de los capos le pegó un tiro en la cabeza. Sobrevivió.

El pasado 29 de agosto, como cada año, Davide y Alice, los hijos de Libero Grassi, rindieron homenaje a su padre y le recordaron con una pintada en el muro de debajo de su casa, donde le mataron. Escriben siempre la misma frase en la pared porque se han negado a que las autoridades coloquen una lápida. Dice así:

“Aquí fue asesinado Libero Grassi. Empresario, hombre valiente, asesinado por la Mafia, por la omertá de la asociación de industriales, por la indiferencia de los partidos, por la ausencia del Estado”.

Los familiares de Libero Grassi no quieren palmaditas en la espalda de las instituciones, ni de los despachos de Palermo. Pero esta vez quisieron a su lado a los 10 tenderos bengalíes.

Fuente: https://elpais.com

Ultrarunners…

Grecia, año 2007, un pequeño y desconocido polaco, lidera la ultramaratón por excelencia, la Spartathlon. Piotr Kurylo, al que muchos están tomando por loco a estas alturas, lleva horas escapado en primera posición, perseguido por el vigente campeón de la prueba, la leyenda viva de EEUU, Scott Jurek.

Piotr, cuya única referencia para los demás es haber acabado la prueba el año anterior, apenas una hora antes del cierre de meta, va lanzado como un kamikaze hacia Sparta. A estas alturas, Jurek lleva 193 kilómetros de carrera, y ha descolgado a la élite de la prueba, tipos como Valmir Nunes (ganador en 2001), Markus Thalmann (ganador en 2003), Jens Lukas (ganador en 2004 y 2005) y el japones Sekiya Ryoichi (ganador en 2002 y 2009)…….pero no logra alcanzar al jodido polaco.

Mientras tanto, toda la atención de la prueba se la lleva Piotr, sobre todo cuando se destapa una noticia que deja a todos boquiabiertos: el polaco ha llegado a la salida en Atenas, ¡¡¡ corriendo desde Polonia !!! El tipo ha recorrido 2800 kms, tirando de un carrito de bebé «tuneado» para la ocasión, con todo lo necesario para sobrevivir las seis semanas que ha durado su viaje (una media aproximada de 70kms diarios).

Finalmente, Jurek consiguió adelantar a Piotr en la oscuridad de la noche, y apretó el ritmo para desaparecer de su vista, y simular encontrarse mucho mejor de como en realidad se encontraba (no quería que el polaco se viera con posibilidades y le amargara la fiesta). Al final, «el hombre del carrito» (como empezaron a llamarle), llegó a meta en segunda posición, con un tiempo de 24 horas 29 minutos 41 segundos, y se desmayó a los pies de la estatua de Leónidas.

Básicamente, después de su gesta, Piotr recibió lo mismo que el resto de corredores llegados a meta, una corona de laureles y un sorbo de agua……y a día de hoy sigue siendo prácticamente un desconocido (casi seguro que es la primera vez que lees sobre esta historia y sobre Piotr). En esencia, esto es lo que mantiene vivo el espíritu de los ultramaratones: si no hay premio en metálico, ni fama, los necios y el dopaje se mantienen alejados. Pero ¿cuanto va a durar sin corromperse?

Coge una carrera a pie, donde no haga falta correr, llámala «Ultra», y agotaras dorsales. Tendrás cientos de personas ( que apenas aguantan corriendo 20 kilómetros a ritmo decente sin pararse) creyéndose ultrafondistas, o ultrarunners (que suena mejor). En un par de ediciones, una marca fuerte verá el filón, y patrocinará la misma. Ahora, has conseguido un negocio, no una carrera, donde una legión de caminantes (disfrazados de polaco) protestan por el polvo del camino y por la calidad de la prenda «finisher» ; una manada de insolentes, a los que no conformarías con un puñado de laurel y un sorbo de agua.

Si observas internet, hay pruebas que parecen el Mayo de las Comuniones, donde hay mas preocupación por el menú y el álbum de fotos, que por el acto en si y su esencia. Se dedica mas tiempo a escoger el traje, que a preparar la ceremonia. Luego, todos la mar de monos en la linea de salida, y en las fotos de meta……..si se llega….

Correr es correr, al menos respetemos eso.

Podemos correr por correr, a diario, sin tener que demostrar nada a nadie. Podemos correr en pruebas de 25 o 30 kilómetros, y acabar agotados, y pletóricos. Podemos correr un maratón, sin creernos anticuados, y sentir el orgullo de antaño. En cualquier caso, habremos corrido, en el sentido literal del verbo, y en la esencia del acto.

Incluso Piotr y Jurek, se vieron obligados a caminar en la subida al monte Parthenio, no por descanso, sino por imposibilidad y por cordura. No es algo que les haga débiles, es que la pendiente lo exige, como en otros momentos puntuales de la prueba. A veces hay que caminar, y punto.

Pero cuando se camina todo el rato, y lo que se hace «a veces» es lo de correr, queda claro que alguien ha bautizado mal la prueba, llamándola carrera. No todos podemos correr 70 kilómetros diarios durante seis semanas……y menos tirando de un carrito. No todos podemos acumular mas de 100 kilómetros semanales en las piernas. No todos nacimos en lo alto de una montaña, o nos caímos de pequeños en la marmita de Panoramix el druida.

No todos podemos ser ultrafondistas……..o al menos no podemos serlo sin pagar el precio. Un precio que supone horas sin descanso, sin otro ocio que correr, y conseguir asimilarlo. Un precio que supone delgadez, dolor corporal, y conseguir no caer lesionado. Un precio que supone ausencias y horarios, cambios de humor, y conseguir no trastornar un hogar, ni las relaciones humanas. Todo ello quizás, por un puñado de laureles y un sorbo de agua.

Correr es correr, y eso quizás si que podemos hacerlo, no uniendo Atenas con Sparta, pero al menos despegando los pies del suelo, fieles a la definición del acto. En una sociedad de disfraces y de engaños, de perfiles retocados, de reality shows, donde todo el mundo finge ser quien no es para acumular seguidores, todo está contaminado……todo el mundo juega al mismo juego de tramposos.

Piotr Kurylo lo dio todo, hasta caer desplomado, corriendo con las reglas del correr, en la madre de todas las carreras……..y para el mundo no es mas que un desconocido. Creo que al menos merece estos renglones, destapar por un día su difícil nombre, y que alguien mas ,que se dice ultrafondista, conozca su hazaña. Correr siempre será correr, aunque se empeñen en disfrazarlo.

Fuente: http://livanvivo.blogspot.com.es

Spiriman…

Spiriman, una aplicación práctica de «todo el mundo tenemos un precio, y, quien no está en venta, tiene algo que perder«.

Siento enormemente comunicaros que mañana no asistiré a la concentración que yo convoqué. Cuando luchas contra una presidenta corrupta y sinvergüenza, como todo su equipo de lameculos cortijeros y viendo la cantidad de gentuza implicada, no sirve de nada que salgamos 80000, 100000 que un millón. Se lo pasan por el forro estos auténticos HIJOS DE PUTA.
Tenemos lo que nos merecemos.

Pero yo tengo una familia que vale más que todo eso. Y no voy a anteponer eso ante nada. Espero que lo entendáis. Continuaré ejerciendo como presidente de la Asociación Justicia por la Sanidad hasta terminar con todos los procedimientos judiciales que se han puesto en marcha hasta que finalicen. Un abrazo enorme a todos y ojalá algún día vuelva a creer que todo es posible, cosa que dudo porque hay mucho mierda y cobarde en este mundo. Y mucha envidia. Y no os preocupéis por mi, de verdad. Estaré de cojones. Sé valorar y disfrutar mi vida a tope y me rodea una familia EXTRAORDINARIA. No como otros que considero degenerados y muy malas personas. Allá ellos. Cada uno recogerá lo que siembra y se merece. Yeah!

Fuentes:

Deportividad…

Se enfrentaban el Málaga CF y El Palo en un choque clásico en el fútbol provincial. Corría el minuto 50 y el resultado era favorable a los blanquiazules por 3-1. El colegiado señala un saque de esquina y el malaguista Carlos se dirige a botar el córner. Cuando el balón viaja por el aire camino del punto de penalti, a media altura, en ese mismo instante, en un campo anexo en el que se disputa otro partido, suena el silbato del árbitro que allí pita su correspondiente partido.

Un jugador de El Palo detiene el balón con las manos dentro del área creyendo que el pitido procedía de su colegiado y que la jugada estaba invalidada. Ante el asombro del jugador paleño, el árbitro indica la pena máxima favorable al Málaga. El entrenador visitante le protesta al colegiado la anómala situación pero éste no da su brazo a torcer. Dice que hay que lanzar el penalti y que él no pitó cuando el balón estaba por los aires.

Era el minuto 5 de la segunda parte. El Palo había salido del vestuario, tras el descanso, decidido a acortar distancias en el marcador para intentar entrar en el partido. El penalti parece ser la sentencia definitiva si es que el Málaga acierta con la portería del rival desde los 11 metros. Rafa Verdú Salerno, conocido entre sus compañeros como Rafa, coloca el balón en el punto de penalti y antes de lanzar intercambia una mirada cómplice con su entrenador (Andrés Domínguez). Todos los aficionados apostados en las gradas esperan que Rafa ´enchufe´ el balón fuera del alcance del guardameta paleño. El posible 4-1 suena ya a definitivo.

El colegiado pita y Rafa se va hacia el balón y le pega con el interior del pie raso y muy suave para que el esférico llegue sin problema alguno a las manos del cancerbero paleño. El graderío estalla en aplausos pese a no entrar el balón. El joven Rafa, de tan sólo 11 años, falló el penalti, pero dio una lección de ´Juego Limpio´.

Fuente: www.laopiniondemalaga.es

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No todos los héroes usan capa, algunos llevan sombrillas…

Sufrió el escarnio de sus paisanos, fue insultado y hasta le arrojaron basura. había regresado de un viaje a Francia a principios de 1750, y fue el primero en llevar un paraguas por las lluviosas calles de Londres.

La gente estaba indignada. Gritaban y se burlaban de Hanway a su paso. Otros simplemente miraban pasmados. ¿Quién era aquel extraño hombre al que parecía no importarle estar cometiendo un pecado social?

Eran unos tiempos y un lugar en el que los paraguas eran estrictamente tabú. En la mente de muchos británicos , el uso de paraguas era síntoma de debilidad de carácter, particularmente entre los hombres. Pocas personas se atrevieron a ser vistas con un aparato tan detestable y afeminado. Llevar un paraguas cuando llovía era incurrir en ridículo público.

Los ingleses lo consideraban un artefacto demasiado afrancesado, ya que allí, llegado del lejano Oriente, mantuvo durante siglos a los nobles protegidos del sol. El paraguas -para la lluvia- había comenzado a usarse en Francia a principios del siglo XVIII cuando el comerciante parisino Jean Marius inventó uno, ligero, plegable, y con materiales impermeabilizantes.

En 1712, la princesa francesa Isabel Carlota compró uno de los paraguas de Marius. Poco después, se convirtió en un accesorio imprescindible para las damas de todo el país.

Jonas Hanway, siempre terco, prestó poca atención al estigma social. Los más perjudicados por esta moda serían los comerciantes y los taxis (carruajes de caballos). Los negocios vendían más en los días de lluvia, pues la gente se resguardaba en ellos. Y los carruajes iban provistos de una lona protectora, con lo cual la demanda era más alta.

Temiendo una bajada drástica de sus ingresos, muchos conductores arreciaron violentamente contra Hanway. Según la revista de historia británica Look and Learn, cuando lo veían pasar le arrojaban basura. En una ocasión, un conductor incluso quiso atizarlo con su látigo. Hanway reaccionó usando su paraguas para “darle al hombre una buena paliza”.

A la muerte de Hanway en 1786, el uso del paraguas estaba ya casi extendido. En los días de lluvia, cada vez se veían más personas caminando por las ciudades y pueblos sosteniendo sus sombrillas de forma orgullosa y sin miedo. Todo gracias a un valiente que desafió las normas sociales de la época.

Fuente: http://hdnh.es