Prejuicios…
Vía nilibreniocupado (blog muy recomendable) os dejo esta entrada basada en hechos reales:
Otro macarra (de ceñido pantalón) me pide llevarle a la calle Colombia, desde Gran Vía, y el tráfico prenavideño es tan intenso (y el taxímetro tan injusto…) que, unos cuantos euros y muy pocos metros después me dice:
– Sólo tengo 10 €. Cuando marque 10 €, me bajo.
Hace mucho frío, y llueve, y la intemperie se convierte en una especie de Siberia Cañí.
A unas cuantas manzanas de su destino, con el taxímetro marcando 9.50 €, el macarra me pide que le pare ahí mismo.
– Aun quedan 50 céntimos para llegar a los 10 € – le digo.
– Lo sé, pero quería darle algo de propina.Nadie habría dado un duro por aquel chico de dudoso aspecto, y seguramente muchos sean los que cambien de acera al cruzarse con sus pintas en cualquier calle inhóspita. Pero ejemplos como este demuestran que los prejuicios, las apariencias y las generalidades, en muchos casos, engañan.
Y ciertos muros de todas esas fachadas en ruina no permiten demostrar la pulcritud de su interior. Y quien en lo referente a prejuicios barre para casa, tendrá la casa llena de polvo. He dicho.
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