Cuando uno se está ahogando no siempre parece que se esté ahogando. El proceso es rápido, discreto y letal. De hecho, en muchos casos la víctima se ahoga rodeada de bañistas ajenos al drama que se desarrolla a su lado. Son los llamados ahogamientos silenciosos. “Se ha popularizado la idea de que la persona que se ahoga grita, agita los brazos y pide ayuda”, explica Roberto Jesús Barcala, Catedrático de Socorrismo en la Facultad de Ciencias del Deporte de Pontevedra. “Pero esto solo ocurre en el cine y la televisión”. Por eso, explica Barcala, hay que cambiar la forma en la que la sociedad percibe cómo se desarrolla un ahogamiento: “Hay que educar a las personas para que busquen otros indicios”.
Quienes sí están educados, saben detectarlo. En muchos casos, hasta que el socorrista pita y se lanza al rescate, ningún bañista percibe el peligro, como se ve en la siguiente grabación en una piscina de Estados Unidos:
En cuestión de segundos, una persona se puede ahogar sin que apenas nadie haya reparado en ello. Estas son las fases más habituales de un ahogamiento:
La respuesta instintiva de ahogamiento (IDR, por sus siglas en inglés) es lo que la gente hace para evitar la asfixia real o percibida en el agua. Se caracteriza por los siguientes comportamientos:
Fuente: https://elpais.com