Otograma…

El análisis de la huella de oreja, también llamado otograma, cuya definición sería «el dibujo que deja el relieve de la oreja al presionar en una determinada superficie», nace como una técnica forense mas, que viene a aumentar el amplio abanico de técnicas forenses, existente en la actualidad, en relación a la necesidad de proceder a la identificación de sospechosos. El requisito de analizar y clasificar la huella de oreja se hace imprescindible cuando durante una Inspección Ocular se observan huellas latentes que indiquen que los sospechosos hubieran apoyado su oreja sobre la superficie de, por ejemplo, una puerta, para escuchar el ruido del interior del habitáculo en los momentos previos a cometer un ilícito penal.

El uso de la oreja como sistema de identificación se remonta a épocas de la Edad Media cuando a los estafadores y delincuentes se les amputaba o se les realizaba una incisión en una de sus oreja, así cuando eran capturados nuevamente cometiendo un acto delictivo no quedaba la menor duda que eran los mismo individuos que habían sido marcados anteriormente

Con el tiempo se fueron implementando en Europa otros métodos y procedimientos como marcas por tatuajes, marcas por quemaduras, etc, que luego fueron siendo eliminados por ir en contra de la dignidad humana.

Ya a mediados del año 1842, se puede decir que comenzó el periodo científico de la identificación, donde la Antropología toma un papel primordial entre las otras ciencias ya que permite la realización de un estudio práctico donde la policía judicial contó con métodos de identificación científicos que se basaron en estudios de las diferencias de tamaños y proporciones en los distintos grupos humanos

Sin embargo, la utilización de estos métodos cayó en desuso con la aparición de la dactiloscopia en el año 1897 y a partir de este momento la oreja como método para la identificación solo es utilizada en aquellos casos en los que no existen las impresiones dactilares.

Fuentes: