Numeración callejera…

Primero, hay que saber que de forma general cada ayuntamiento tiene libre elección en los sistemas de numeración callejera, sin embargo, ciertas reglas se repiten. He intentado recopilar algunos sistemas encontrados navegando por ahí…

Este esquema es el más común en Europa. Números pares de un lado, impares del otro. La numeración empieza de forma creciente en el extremo de la calle más cercano al centro del pueblo (lo que me parece lo más lógico), el ayuntamiento, un posible río o un elemento representativo de la ciudad…

 


Aquí nos encontramos en una ciudad marítima o en una isla… La numeración empieza de forma creciente en el extremo de la calle más cercano al mar. Canarias tiene esta lógica.

 

En este caso, la numeración de la calle depende de los metros que separan los edificios de un punto de partida dado. Un sistema común en América y en ciertos pueblos de Francia. Donde viven mis padres, el punto de partida es sencillamente el principio de la calle.

 


Haaaa… Aquí cambiamos bastante la lógica. Ya no importa que los números sean pares o impares. En Berlín, usan el sistema llamado ‘herradura’: los números se siguen en la misma acera, y llegado al final de la calle, cambiamos de acera y vamos en el sentido inverso para seguir con la numeración… No se puede decir que al nivel práctico sea lo mejor…

 


Color negro: Casas y edificios de particulares. En rojo: Los negocios. Ese es el sistema instaurado en Florencia, Italia…

 


Y ese es el que más gracia me hace y me asusta al mismo tiempo: la numeración depende de la fecha de construcción del edificio… Made in Japón… Ya entiendo porqué en las imágenes urbanas que vemos de ahí, las calles están llenas… Todo el mundo está buscando el número del sitio de su destino.

 

Fuente: www.cuartoderecha.com