Mercurio no es el planeta más caliente del Sistema Solar…

En el gran esquema del Sistema Solar la mayor fuente de energía, con diferencia, es el Sol. Y, generalmente, asumimos que el planeta más caliente del Sistema Solar es Mercurio, porque es el que queda más próximo al Sol. Sin embargo, esto no es así, y ese premio debe llevárselo otro mundo.

Mercurio es muy caliente, y completa una órbita completa al Sol en solo 88 días terrestres, alcanzando temperaturas que superan los 400 ºC en su región más ardiente.

Sin embargo, como Mercurio gira muy lentamente sobre sí mismo, las zonas oscuras donde no incide el sol permanecen así durante mucho tiempo, lo que se traduce en que allí se alcanzan temperaturas por debajo de los -100 ºC.

Pero ¿qué sucede con Venus? Se encuentra aproximadamente al doble de distancia que el Sol que Mercurio. Tarde 225 días terrestres en orbitar al astro rey. Y aún gira sobre sí mismo más lentamente que Mercurio.

Y, sin embargo, cuando se mide la temperatura de Venus, hay una sorpresa: Venus tiene la misma temperatura en todo momento, tanto de día como de noche, en un promedio 462 °C, lo que lo convierte en un planeta más caliente que Mercurio.

Este dato desconcertó a los astrónomos, porque Venus no era lo suficientemente grande como para generar su propio calor, y sin embargo era más caliente durante la medianoche que la temperatura registrada al mediodía en Mercurio.

¿El albedo?

El cálculo de cuánto refleja o absorbe la radiación un objeto se conoce como su albedo, que proviene de la palabra latina albus, que significa blanco. Un objeto con un albedo de 0 es un absorbente perfecto, mientras que un objeto con un albedo de 1 es un reflector perfecto. Todos los objetos físicos tienen un albedo entre 0 y 1.

Por ejemplo, a pesar de su blancura nocturna, el albedo promedio de la Luna es de sólo 0,12, lo que significa que sólo el 12% de la luz que le llega se refleja, mientras que el otro 88% se absorbe.

Mercurio resulta ser similar a la Luna (albedo 0,119), mientras que el albedo de Venus es, con mucho, el más alto de todos los cuerpos planetarios del Sistema Solar (0.90). Así que no sólo Mercurio recibe cuatro veces más energía por unidad de superficie, sino que absorbe casi nueve veces más de la luz solar que recibe Venus.

¡La atmósfera!

Mercurio no tiene atmósfera, mientras que Venus tiene una atmósfera muy espesa. Es decir, que todo el calor que recibe Mercurio y que es reflejado, se irradia al espacio. Pero en el caso de venus, el calor rebota en la atmósfera. Debido, pues, al intenso efecto invernadero al que está sometido Venus, éste se convierte así en el planeta más caliente del Sistema Solar.

Esto hace que Venus sea más caliente que Mercurio, a pesar de hallarse a más del doble de la distancia del Sol que este y de recibir solo el 25% de su radiación solar. En ausencia del efecto invernadero, la temperatura en la superficie de Venus podría ser similar a la de la Tierra. El enorme efecto invernadero asociado a la inmensa cantidad de dióxido de carbono en la atmósfera atrapa el calor provocando las elevadas temperaturas de este planeta.

Fuentes: