Deshidratación de altura…

¿Por qué nos deshidratamos más caminando por la montaña que por la playa? Vale, la respuesta obvia es… ¡porque en la montaña no hay cuestas! Pero, ¿qué otras razones existen para este inconveniente que puede contribuir a los síntomas del mal de altura?

  • A mayor altura la humedad del ambiente es menor. Esto significa que el aire es más seco y si lo respiramos nos estará quitando más humedad, es decir, no nos aportará la humedad que necesitamos y tendremos que producirla nosotros mismos lo que implica una mayor deshidratación, solo por respirar.
  • A mayor altura menor cantidad de oxígeno disponible, por lo que nos costará más obtenerlo cada vez que inhalemos. Esto hará que respiremos más rápido para tratar de compensar la falta de oxígeno.
  • A mayor altitud menor temperatura y mayor será la velocidad del viento, esto se traduce a una menor sensación térmica con lo que se siente más frío y el cuerpo utiliza sus reservas energéticas para generar calor, el cual se pierde rápidamente. Este mayor esfuerzo se traduce en transpiración, es decir, una mayor deshidratación por sudoración.
  • La sudoración también puede producirse porque al iniciar un trayecto se está muy cubierto de ropa, el cuerpo se va calentando con la actividad física y aunque ya se está caliente no se retiran algunas prendas para permitir que el cuerpo respire.
  • Por último, se produce una pérdida acelerada de agua en forma de vapor debido a la altitud, ya que el agua se evapora a menor temperatura: En la altura, la presión atmosférica es menor, y a menor presión atmosférica, menor es la temperatura necesaria para alcanzar el punto de ebullición del agua. Entonces, el agua se evapora antes.

Fuentes: