He aprehendido…

SagitarioEn este tiempo, que debo asumir, probablemente, es más de un tercio de mi vida, he aprehendido algunas cosas. He aprehendido que somos polvo estelar, seres efímeros e insignificantes, perdidos y asustados, tratando de buscar el sentido de todo en medio de un todo que se muestra como un sinsentido.

He aprehendido que el respeto solamente se recoge si antes se ha plantado, que el camino a la felicidad pasa necesariamente por la gratitud y el apoyo mutuo, y que se obtiene más con la generosidad que con el egoísmo. He aprehendido que somos en mayor medida que nos hacemos.

He aprehendido que no puedes definir a la familia mediante un lazo sanguíneo, porque tengo hermanos con apellidos diferentes y he dejado atrás a personas que compartieron el mío. He aprehendido que mi familia, con y sin apellidos iguales, es lo mejor que tengo.

He aprehendido que ser fiel a uno mismo, por difícil que resulte, finalmente merece la pena. He aprehendido que no importa si tienes razón o te equivocas, sino solamente si te mientes o no a ti mismo. He aprehendido a preguntar curiosamente, como habría hecho el ilusionado niño que fui, en cada momento.

He aprehendido que estar en armonía con la soledad y con la compañía es igualmente importante. Que el tiempo es un juez implacable. Que tenemos, mayoritariamente, lo que nos merecemos, y por ello debemos esforzarnos en ser mejores personas a cada paso.

He aprehendido que una vida sin sueños e ilusiones es superflua. Que cada día es el único día. Que la felicidad vital es metafísica. He aprehendido a ser conformista en lo material e inconformista en lo inmaterial.

He aprehendido que el amor no es lo que dicen; he aprehendido que tiene muchas formas y está en muchos lugares; en la amabilidad instintiva de una taza de café, en el mecánico beso y apretón de manos, en la mirada y el abrazo sincero, en cada sonrisa, y en la discusión más dura.

He aprehendido a disfrutar de la naturaleza, a observar el mar, el fuego y las estrellas, a pensar críticamente y a rectificar sin ser sabio, a bailar abstraído, a viajar aprehendiendo, a escuchar y a hacer reír a la gente, a acariciar cicatrices, a cooperar en vez de competir, a desconfiar de las verdades que siempre lo fueron, a debatir apasionadamente, a jugar a cambiar el mundo, a apreciar sin ser correspondido, a no someter a nadie a mis expectativas, a llegar a fin de mes con casi nada, a cuestionarme intensamente, a no olvidar ni idealizar el pasado, a estar en paz conmigo mismo, y a emocionarme de vez en cuando.

He aprehendido que aprender no es lo mismo que aprehender. He aprehendido a ser sincero, a ser honesto y a ser firme. He aprehendido que en este mundo gris y complejo, si iniciamos el cambio en nosotros mismos, queda esperanza.

Y he intentando aprehender a no ser contestatario e irreverente, a no dejar decisiones sin tomar, a cuadrar el saldo cero, a comprender y lidiar con aquellos que denigran el espíritu, a ser coherente y a ser libre.

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Inspirado en http://universodedolor.com.