«Ser un cornudo»…
Todos conocemos la expresión «Poner los cuernos», forma vulgar de referirse a una infidelidad. Pues bien…¿cual es su origen?
Antiguamente existía una tradición muy arraigada en los pueblos nórdicos que consistía en que el gobernador de turno podía escoger a la mujer o mujeres con las que mantener relaciones sexuales. Si la mujer elegida estaba casada, el gobernador acudía a su casa y colocaba en la puerta unos cuernos de arce para que su marido supiese lo que ocurría dentro.
Sin embargo para los hombres era un orgullo que el gobernador se fijase en sus esposas, por lo que no dudaban en mostrar la cornamenta a sus vecinos. Y de ahí nació la expresión «ser un cornudo» o «poner los cuernos».
Fuente: Revista REAJ Nº23
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