Como venimos observando en los últimos tiempos, ahora la política bipartidista de este país se ha convertido en una descarada puja al mejor postor. Estas medidas son vendidas como idílicas sin dejar ver que en el fondo es la filosofía de el pobre algo menos pobre y el rico algo más rico, es decir, no lucha contra las desigualdades sociales.
Que quiere decir esto, que se basa en el mismo sistema que comentábamos hace unos días con las multas de tráfico, no se tiene en cuenta el poder adquisitivo del individuo, lo que conduce inequívocamente a que se produzcan injusticias sociales.
Desde rebelión nos llega este interesante artículo en el que desmiga a fondo las últimas medidas adoptadas por el gobierno dándonos una versión más “real” de su aplicación:
El pasado día 27 de enero el presidente del gobierno, Rodríguez Zapatero, prometió disminuir las retenciones del Impuesto Sobre la Renta de Personas Físicas en una cuantía de 400 euros anuales a los asalariados y pensionistas. La medida empezaría aplicarse en junio, con carácter retroactivo desde enero. Al día siguiente, la vicepresidenta, María Teresa Fernández de la Vega, aclaró dicha medida electoralista. En un desayuno informativo organizado por Europa Press declaró que la propuesta “no puede ser más progresiva”: Ha añadido que “las personas que contribuyan al IRPF con 400 euros o menos no tendrán que pagar nada y la medida tendrá un efecto del cien por cien; mientras que las que contribuyan con 4.000 euros se beneficiarán en el 10 por cien». “Parece razonable que todas las personas que han contribuido al ahorro participen proporcionalmente, en función de lo que aportan”, ha señalado.
Habría que aclararle a la Sra. Fernández de la Vega qué se entiende por progresividad fiscal, uno de los principios defendidos tradicionalmente por la social-democracia. Un sistema impositivo es progresivo cuando los que más ganan pagan más impuestos y los más necesitados reciben más ayudas públicas. No es progresiva, por ejemplo, la medida anunciada con anterioridad de ayudar a cada familia que tenga o adopte un hijo con 2.500 euros sin tener en cuenta las rentas de quien las recibe. Sería progresiva si se pagara más a las familias más humildes y no haría falta pagar nada a la familia de Emilio Botín.
Pero esta medida de “cuatrocientos euros para todos» encierra más trampas. Se trata de una disminución de la retención del IRPF. Los asalariados y pensionistas más humildes y más necesitados no recibirán nada, pues según el Instituto Nacional de Estadística el número de asalariados es de mas de 20 millones de personas, pero sólo pesentan declaración de IRPF unos 13 millnes segun la vicepresidenta, de lo que podemos obtener la conclusión que hay 7 millones de trabajadores y pensionistas que ni siquiera hacen la declaración de renta. Entonces, estas personas que son las más necesitadas de ayudas públicas, ¿en que se benefician de esta medida supuestamente “progresiva”?.
De los que si declaran, los asalariados y pensionistas que no llegan a pagar 400 euros anuales en concepto de IRPF recibirán como máximo una cantidad igual a la que le hayan retenido. Sin embargo, a todos los que pagan mas de cuatrocientos si que recibirá este dinero en su totalidad. Vamos, que el gobierno Zapatero regalará 400 euros a los más ricos y nada o muy poco a los más pobres. Exactamente todo lo contrario a una medida “progresiva». Es difícil imaginar cómo un jubilado de pobres recursos y votante del PSOE no vaya a beneficiarse de esta medida mientras que un profesional de alto poder adquisitivo y votante del PP será quien más se alegre.
Si la intención del gobierno del estado era evitar la crisis económica en ciernes mediante medidas fiscales para fomentar el consumo (medida por cierto copiada del gobierno de Bush), la solución, también, no era otra que optar por la redistribución. Por ejemplo, en lugar de regalar el gobierno 5.000 millones a sus mejores contribuyentes, los podría haber entregado a los más necesitados pues sólo esta población asegura que el 100% de ese dinero se destinará al consumo y no al ahorro como harán las clases más pudientes. No estamos descubriendo nada nuevo, simplemente se trata de aplicar las conocidas doctrinas de John Maynard Keynes. Como ya decía Stiglitz, citado por Alberto Montero en estas mismas páginas, una bajada de impuestos en España sería “una equivocación», argumentando que “los problemas de Estados Unidos empezaron con las reducciones fiscales».
El abandono del PSOE de las políticas socialdemócratas (si alguna vez las tuvo) y la carrera hacia el neoliberalismo cada vez es más patente, solo se entiende porque gran parte de la clase trabajadora sigue dando su apoyo a este partido por el pavor que le produce el Partido Popular, una formación cercana a la ultra derecha. Y a su izquierda no hay nada más que una pequeña organización (IU) que ha sido impotente para enfrentarse a estas políticas neo-liberales.