El «derecho al pataleo” y “calentar el asiento”…

Los estudiantes de clases acomodadas ocupaban las mejores lugares, siempre sentados, y los de clases más humildes, muchos de ellos criados de los anteriores, se veían obligados a situarse en las últimas filas y de pie. Éstos, en los fríos inviernos salmantinos, solían llegar antes a clase para calentar los bancos de sus señores sentándose en ellos («calentar el asiento«). Ya se decía “estudiante sin blanca, de criado de un estudiante rico va a Salamanca”. Cuando llegaban los señoritos y ellos tenían que ir al gallinero, la única forma de entrar en calor era golpear el suelo para calentarse los pies y moverse. Por ello, solicitaron al rectorado que les concediese “el derecho al pataleo” unos minutos antes del comienzo de las clases para entrar en calor. Y se lo concedieron.

Bonus:

Salir por la puerta grande. Atribuido erróneamente a la tauromaquia, se refiere a que los estudiantes que aprobaban salían por la puerta principal, la grande, mientras los que suspendían salían por la puerta de atrás, la de los carros.

Liar (o preparar) los bártulos. De Bártolo, famoso jurisconsulto italiano y profesor de las universidades de Bolonia, Pisa, Padua y Perugia durante el siglo XIV, cuyos libros eran de uso común en las universidades. Los estudiantes de leyes en Salamanca recurrían a él y lo citaban permanentemente, llegando incluso a llevar sus obras escritas en folios y pliegos sueltos, a todas partes. La expresión «liar los bártulos» se relacionaba con el hecho de preparar y atar los libros y apuntes para irse a clase o salir de ella.

Fuente: https://historiasdelahistoria.com