Es bien sabido que la presencia de reclusos pertenecientes a minorías en las cárceles de Estados Unidos es desproporcionada si se compara con el porcentaje de la población total que estos representan.
En promedio, los negros e hispanos suponen alrededor del 60% de los presos del país, una cifra que en el caso de algunas prisiones privadas puede rondar el 90%.
Este último dato no sería fruto de la casualidad, según una investigación elaborada por la Universidad de California-Berkeley, que indica que las cárceles estadounidenses gestionadas por compañías privadas -que en la actualidad albergan a más de 120.000 personas- seleccionan a reclusos de estas minorías porque son más baratos de mantener.
¿Y por qué es más económico encarcelar a un hispano que a un blanco no hispano?
Según la investigación llevada a cabo por el estudiante de doctorado Christopher Petrella, ello se debe a que los presos negros e hispanos tienden a ser más jóvenes que sus pares blancos no hispanos y por lo tanto requieren de menos cuidados médicos.
En su estudio Petrella señala que el hecho de que los reos pertenecientes a minorías tengan una edad promedio más baja es atribuible en buena medida a la «guerra contra las drogas» que las autoridades estadounidenses han librado en las últimas tres décadas y que ha afectado de forma desproporcionada a negros e hispanos, a quienes se les han impuesto duras condenas.
Así, según explica Petrella, los prisioneros mayores de 50 años en las cárceles de EE.UU. son predominantemente blancos no hispanos mientras que aquellos que tienen edades comprendidas entre los 20 y 40 años suelen ser negros, hispanos o de otra minorías.
«Racismo oculto»
Para su estudio, Petrella analizó los datos de nueve estados con grandes poblaciones carcelarias en instituciones privadas como California, Georgia, Oklahoma y Texas.
Gracias a la Ley para la Libertad de Información, el investigador tuvo acceso a los contratos que las autoridades públicas firmaron con compañías como la Corporación de Correccionales de América (CCA, por sus siglas en inglés) o el Grupo Geo, Inc.
El investigador encontró que en esos contratos había exenciones implícitas y explicitas que permitían que las empresas seleccionaran a los reos que iban a albergar en sus instalaciones, permitiéndoles discriminar por razón de edad o por cuestiones de salud, evitando a los presos con enfermedades crónicas o costos sanitarios «por encima de la media».
Petrella cita en su estudio un informe de la Unión de Libertados Civiles de EE.UU. (ACLU, por sus siglas en inglés) que señala que el costo de mantener a un preso mayor de 50 años en EE.UU. ronda los US$68.000, mientras que el de un recluso más joven se sitúa en los US$34.000.
«El hecho de que las minorías estén sobrerrepresentadas en las cárceles privadas, incluso si se compara con las cárceles públicas, en las que eso también sucede, es una muestra del racismo oculto que todavía existe en este país», aseguró Christopher Petrella en Conversación con BBC Mundo.
«En la superficie las leyes y las políticas gubernamentales se supone que son neutrales en cuanto a la raza. Sin embargo, continúan teniendo efectos desproporcionados para las minorías. Eso es todavía un problema mayor si se tiene en cuenta el pobre trabajo que se hace en las prisiones privadas para rehabilitar a los reclusos y reinsertarlos en la sociedad», apuntó el investigador.
«Además, creo que los datos de mi estudio demuestran que la afirmación de que las prisiones privadas ahorran dinero al erario público no es cierta ya que, como sólo aceptan a reclusos jóvenes y sanos, es obvio que los costes de mantenimiento son más bajos».
«Programas de calidad»
Petrella considera que las prisiones privadas son un modelo de negocio «muy lucrativo», entre otros motivos porque no se les exige ningún tipo de transparencia a las compañías que las gestionan, lo que en su opinión no debería ser así, ya que «hay muy pocos negocios que obtengan tanto dinero de las administraciones públicas».
«La prisiones privadas presentan incentivos económicos perversos. Si uno de los principales objetivos de la encarcelación es la rehabilitación de los presos para que puedan reinsertarse en la sociedad, crear un modelo de negocio basado en aumentar los niveles de encarcelamientos no da a las compañías privadas ningún tipo de incentivo para que rehabiliten a los presos».
Petrella recuerda las críticas que se han vertido contra las compañías que gestionan las cárceles privadas por gastar millones de dólares en convencer a los legisladores para que se impongan condenas más duras que aumenten el número de reclusos en las prisiones o por requerir en sus contratos con las administraciones un nivel mínimo de ocupación de sus instalaciones.
En respuesta a las afirmaciones que Christopher Petrella hace en su estudio, un portavoz de la compañía privada CCA, que gestiona más de 60 centros de internamiento privados en EE.UU., aseguró a BBC Mundo que la investigación «es un fracaso».
«No sólo por sus conclusiones sino porque no llega a comprender el tipo de contratación que realizamos con nuestros socios gubernamentales o los tipos de programas que ofrecemos a los presos en nuestras instalaciones», señaló Steve Owen.
«Los contratos que firmamos con nuestros socios gubernamentales son acordados mutuamente y , como clientes, las administraciones tienen mucha capacidad de negociación respecto a las condiciones», apuntó Owen.
«Como parte del proceso de contratación, nuestros socios determinan cuál es la mejor manera de manejar costos como los gastos sanitarios y nosotros trabajamos en base a sus necesidades y sus preferencias».
«También nos oponemos a la caracterización que se hace en el estudio de nuestros programas para los reclusos. No sabemos de dónde han sacado los autores del estudio -quienes no nos contactaron antes de publicarlo- la idea equivocada de que proporcionamos muy pocos programas de rehabilitación en comparación con las cárceles públicas. Esa afirmación es incorrecta y no se la atribuyen a nadie en el informe», señaló el portavoz de CCA.
«Nuestra compañía está comprometida a proporcionar alojamiento confiable y seguro, así como rehabilitación y programas de reinserción de calidad a un precio que ahorra dinero a los contribuyentes», dijo Owen.
O, inclusive, ir un paso más allá y directamente pagar por estar encarcelado.
Fuente: www.bbc.co.uk