El mundo es tremendamente imperfecto. Una minoría poseemos la mayor parte de la riqueza, mientras cientos de millones sobreviven con un dólar al día. La pobreza es terriblemente cotidiana, y aunque producimos alimentos suficientes, cada año, injustificablemente, millones de niños mueren de hambre. Para muchos la vida es un camino de precariedad y supervivencia, por la única razón de haber nacido en una familia y un lugar equivocado. Es evidente que el mundo debe ser mejor.
Pero a pesar de ello, y obviando la tremenda crisis que atraviesa España, queda esperanza: el 2013 de nuevo ha vuelto a ser el mejor año de la historia de la humanidad. Sí, dejando a un lado ombligos y fronteras, si nos observamos como conjunto, todos los indicadores reflejan que la especie humana va por buen camino:
«La pobreza no es un accidente. Al igual que la esclavitud y el apartheid, la ha creado el ser humano y puede ser erradicada por acciones del ser humano» (Nelson Mandela). Todos estos gráficos reflejan claramente al unísono que somos la primera generación en la Historia de la Humanidad que puede erradicar la pobreza extrema. En nuestras manos está trabajar por ello, aprovechemos el 2014. Feliz año nuevo.