A ti, esquirol…
(Del cat. esquirol, y este de L’Esquirol, localidad barcelonesa de donde procedían los obreros que, a fines del siglo XIX, ocuparon el puesto de trabajo de los de Manlleu durante una huelga).
1. adj. Dicho de una persona: Que se presta a ocupar el puesto de un huelguista.
2. adj. despect. Dicho de un trabajador: Que no se adhiere a una huelga.
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Argumento esquirol #1: «No hago huelga porque no me lo puedo permitir».
La reforma laboral supondrá con toda seguridad una rebaja generalizada de los salarios. Si no puedes permitirte dejar de ganar el sueldo de un día, menos podrás permitirte que te bajen el sueldo permanentemente, que te despidan gratis, o que si tienes 10 años trabajados en una empresa tu indemnización por despido pase a ser de 18900 euros a 7845, por poner un ejemplo. Acudir a tu puesto de trabajo es (poco) pan para hoy y hambre para mañana.
Argumento esquirol #2:«La huelga no servirá para nada».
Todas las mejoras de los trabajadores se han conquistado historicamente a través de la lucha. Nadie nos ha regalado nada. Lo que está demostrado que no sirve para nada es no hacer nada. A la pregunta de si una huelga de un día será suficiente, la respuesta es que probablemente no. Es sólo el principio, pero es un paso muy importante. Si nos imponen la reforma laboral más dura de esta «democracia» y no respondemos de forma contundente las medidas sucesivas que tome el gobierno serán aún más demoledoras. Se puede y se debe tumbar esta reforma laboral.
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