Muchas veces hemos oído que las grandes empresas dejan de pagar impuestos en su país de origen mediante las famosas sociedades pantalla, pero ¿qué es exactamente una sociedad pantalla? Una sociedad pantalla significa dejar de pagar impuestos en el país de origen. Que la empresa gane más mediante la ingeniería financiera.
Vamos con un ejemplo fácil. Una empresa española quiere vender Kiwis de Nueva Zelanda en España. Lo normal sería que la empresa comprara los kiwis directamente al país de origen y al venderlos en España pagara por los beneficios obtenidos el impuesto de sociedades, es decir, si los compra a 50 y los vende a 200, que pagara impuestos por los 150 de beneficio.
Ahora, para pagar menos impuestos lo que se haces es constituir una sociedad, en un sitio donde lo permita, dónde no se tribute, o se tribute muy poco, por las operaciones que se han llevado a cabo fuera del país. La sociedad pantalla, constituida por ejemplo en la Isla de Man, compra los kiwis a 50 en Nueva Zelanda y se los vende a 190 a la sociedad española, esta obtiene un beneficio de 140 por el que no tributará nada o muy poco, y seguidamente la empresa española compra los kiwis a la sociedad pantalla a 190 y los vende en España a 200, por lo que solo pagará impuestos sobre 10.
Es un ejemplo muy sencillo para que se entienda en concepto. Crear una empresa dónde no se tributa para cargar en ella el mayor beneficio posible y esquivar la mayor cantidad de impuestos posibles.
Uno puede preguntarse por qué los gobiernos permiten este tipo de prácticas, pero es que tanto los paraísos fiscales como los países que permiten estas prácticas están constituidos cerca de los grandes centros financieros. Por lo tanto en cierta medida existen porque hacen falta. Falta a las grandes esferas, las grandes empresas. En un país como España, por ejemplo, tiene más poder Emilio Botín, César Alierta y Francisco González que el mismo presidente del Gobierno, y si ellos, los que mueven el capital de verdad, necesitan de estructuras para hacer “más” viable sus negocios, pues visto bueno y adelante.
Sirva de ejemplo el caso de Apple: pese a multiplicar su beneficio por 14, la declaración de la renta española le salió a devolver.
Fuente: www.economiafulltime.com