Jesús no nació el 25 de diciembre…
Lo único que dice la Biblia sobre el nacimiento de Jesús es lo siguiente: Lucas 2, 6-8 “Y aconteció que estando ellos allí, se cumplieron los días en que ella había de parir. Y parió á su hijo primogénito, y le envolvió en pañales, y acostóle en un pesebre, porque no había lugar para ellos en el mesón.Y había pastores en la misma tierra, que velaban y guardaban las vigilias de la noche sobre su ganado”. O sea, ni una sola referencia temporal, si bien indica que los pastores velaban a su ganado por la noche, algo complicado de hacer en pleno invierno.
En realidad lo que se celebraba el 25 de diciembre era la fiesta pagana del sol invictus es decir, el renacimiento del Sol después del solsticio de invierno, fecha a partir de la cual los días empezaban a alargarse, lo que se asociaba al triunfo del sol sobre las tinieblas. El cristianismo simplemente la reconvirtió en el nacimiento de su Sol particular: Jesucristo.
No nació en el año cero…
El año cero no existe en números romanos, del año 1 antes de Cristo pasamos directamente al año 1 después de Cristo. La fecha inicio del calendario tal y como lo conocemos hoy en día fue establecida por Dionisio el Exiguo, debiendo comenzar la Era Cristiana en el año 753 desde la fundación de Roma. El problema es que Jesús no nació en el año 1, ni tampoco en el -1. Lo que dice la Biblia es: Mateo 2, 1 “Jesús nació en Belén de Judea, en días del rey Herodes”, es decir, cuando nació Jesús el rey Herodes aún vivía. Pero está documentado que Herodes falleció en el año 4 antes de Cristo, por lo que la fecha de nacimiento de Jesús ha de ser anterior.
No nació por la noche…
O por lo menos no hay nada en los evangelios que lo afirme, ya que la única referencia a la nocturnidad es la cita anterior de Lucas 2, 8 la cual hace referencia a la aparición de un ángel a unos pastores que vigilaban el ganado por la noche, si bien no implica que Jesús naciera por la noche. La idea se supone que arraigó por lo adecuado de la misma, da una idea poética de recogimiento, de humildad, de escena familiar. Además hay que tener en cuenta que estamos en uno de los días con la noche más larga del año.
Y a su lado no había un buey y un asno…
Entonces ¿de dónde sale la costumbre de poner estos animales en la escena del nacimiento? En primer lugar se supone que si el niño estaba acostado en un pesebre entonces es que estaban en un establo compartiendo el sitio con los animales y una cosa ideal para reforzar el reconocimiento de la divinidad de Jesús es poner a animales irracionales adorando también al niño. Además esa escena es ideal para demostrar que las profecías se cumplen, porque Isaías 1, 3 decía “Conoce el buey a su dueño, y el asno el pesebre de su amo”.
San José no era un viejecito, ni era carpintero…
Los evangelios canónicos dan pocos detalles sobre la vida de San José, pero en ningún lado nombran que fuera un adorable viejecito. Teniendo en cuenta las costumbres judías sobre el matrimonio es probable que tuviera entre 18 y 24 años. La idea de un San José mayor arraigó por un lado porque era una idea muy conveniente (así evitamos insinuaciones sobre la castidad y virginidad de María) y también porque no se vuelve a nombrar a San José en la Biblia desde la visita al templo acompañado de Jesús con 12 años: Lucas 2, 41-42 “E iban sus padres todos los años a Jerusalem en la fiesta de la Pascua. Y cuando fue de doce años, subieron ellos a Jerusalem conforme a la costumbre del día de la fiesta”. Después San José desaparece misteriosamente de la Biblia y se supone que durante el evangelio de Jesús éste ya había muerto… puede que de viejo ya que la esperanza media de vida de aquella época difícilmente superaba los 50 años.
Además siempre se nos pone a San José como un afanoso carpintero, pero lo que en realidad dice la biblia es que era un tékton (τεκτων), palabra griega que aunque tradicionalmente se ha traducido como “carpintero” en realidad tiene un significado menos específico y viene a representar a un artesano de la madera, pero también del acero o de la piedra.
La estrella de Belén no era un cometa…
Todos estamos acostumbrados a ver la típica representación de la estrella de Belén como un cometa. Sin embargo nadie sabe exactamente qué pudo ser la estrella de Belén. Lo que dice la biblia de la misma es: Mateo 2, 1-2 y 9 “Jesús nació en Belén de Judea, en días del rey Herodes. Y he aquí unos magos vinieron del oriente a Jerusalén, preguntando: –¿Dónde está el rey de los Judíos, que ha nacido? Porque hemos visto su estrella en el oriente y hemos venido para adorarle (…) Después de oír al rey, ellos partieron. La estrella que habían visto en el este iba delante ellos, hasta que se detuvo en el lugar donde estaba el niño.”
Entonces, ¿quién decidió representar a la estrella como un cometa? En realidad fue el pintor florentino Giotto el que en su cuadro “Adoración de los Magos” (derecha) representó a la estrella como un cometa. Se dice que probablemente influido por la presencia del cometa Halley en 1301 y a partir de entonces muchos artistas se vieron influidos por esta imagen. Es más, se llegó a pensar que el propio cometa Halley podría haber sido la estrella de Belén, pero su paso fue en el 12 a.C., fecha considerada lejana al nacimiento de Jesús.
Pero si no era un cometa ¿que era? La primera explicación natural de este fenómeno fue dada por el astrónomo alemán Johannes Kepler en 1614. Kepler determinó que una serie de tres conjunciones de los planetas Júpiter y Saturno (un hecho muy poco frecuente) ocurrieron en el año 7 a.C. y relacionó este hecho con la estrella de Belén. Sin embargo, los cálculos modernos han demostrado que en esa ocasión los dos planetas no se acercaron lo suficiente como para impresionar a los observadores. Otros astrónomos han identificado la estrella de Belén con una doble ocultación de Júpiter tras la luna en el 6 a.C. en Aries o con una nova (algunas veces identificada como un cometa) que hubo en el 5 a. C. la cual fue registrada por los astrólogos chinos y coreanos.
Finalmente algunos autores creen que todos estos fenómenos extraños en el cielo en pocos años pudieron haber motivado el viaje de los Reyes Magos y otros creen que el hecho de que algo tan importante aparezca sólo citado en un evangelio (el de San Mateo) apunta más a que se trataría de una invención literaria.
Y los Tres Reyes Magos… ni eran tres, ni eran reyes, ni eran magos…
Pero entonces ¿de dónde viene esa idea errónea? Como vemos en el anterior punto se decía de los Reyes Magos lo siguiente: “Y he aquí unos magos vinieron del oriente a Jerusalén”. Es decir, nada de 3 y nada de reyes, aunque sí dice que son magos.
Más adelante en el mismo evangelio podemos ver una pista de donde viene el número 3: Mateo 2, 11 “Cuando entraron en la casa, vieron al niño con María su madre, y postrándose le adoraron. Entonces abrieron sus tesoros y le ofrecieron presentes de oro, incienso y mirra.”. Es decir, 3 regalos igual a 3 reyes. Además el 3 es un dato muy importante para la cristiandad: la Santísima Trinidad, los tres hijos de Noé (Sem, Cam y Jafet), los tres patriarcas (Abraham, Isaac y Jacob). El caso es que todos estos detalles vienen de manuscritos apócrifos, que son como continuaciones no autorizadas de la Biblia en la que se desarrollan más los personajes. Así que alrededor del siglo VI d.C. se añadieron todos estos matices para hacer la historia más interesante.
¿Y que hay acerca de que son Reyes? Se supone que si estos personajes son recibidos por Herodes es que son de alguna forma importantes, pero el hecho de que sean reyes viene dado más bien como un intento de encajar una profecía anterior: Salmos 72,10-11 “los reyes de Tarsis y las islas traerán tributo. Los reyes de Sabá y de Seba pagarán impuestos; todos los reyes se postrarán ante él, le servirán todas las naciones.”. Una imagen muy atrayente, Jesús es el Rey de Reyes ante el cual los demás reyes se postran.
Bueno, ya, ¡pero magos sí eran !… vale aceptamos mago, pero no en el sentido de prestidigitador que tiene hoy en día sino más bien en el sentido de hombre sabio. El caso es que el término Mago viene de la palabra griega Magos (μαγος pl. μαγοι) que viene a su vez de la palabra magâunô del idioma avéstico (de la antigua Persia) y que representaba a una casta sacerdotal del Zoroastrianismo. Estos sacerdotes prestaban mucha atención a los astros y a la astrología por lo que eran tenidos como sabios. Posteriormente la mezcla de religión y astrología asoció el termino mago con lo oculto y, finalmente, con la magia tal y como la conocemos hoy en día.
Por cierto que Papá Noel no es un símbolo pagano…
El personaje de Papa Noel está inspirado en San Nicolás de Bari el Obispo de la ciudad de Myra (en la actual Turquía) y que vivió entre los años 270 a 346 de nuestra era. Además de atribuírsele muchos milagros, San Nicolás era famoso por sus generosos regalos a los pobres. San Nicolás, se convierte en una figura típica de la Navidad ya que su santo se celebra la fecha de su muerte, el 6 de diciembre, como vemos en fechas muy cercanas al fin de año.
¿Pero cómo se convierte San Nicolás en Santa Claus o Papá Noel? Se cree que fueron los holandeses de Nueva York (esta fue colonia holandesa antes que inglesa) los que introdujeron en América su tradición de Sinterklaas (San Nicolas en holandés). Posteriormente el escritor Washington Irving (autor entre otras de “La leyenda de Sleepy Hollow”) popularizó el personaje y cambió su nombre a Santa Claus en un escrito en 1809, el poeta Clement Clarke Moore le añadió los renos, el saco, las chimeneas, etc. El dibujante Thomas Nast hizo los primeros esbozos del mismo basándose en la capa púrpura, la mitra y las barbas largas y canosas con las que originalmente se representaba a San Nicolás y, finalmente el dibujante Haddon Sundblom hizo una campaña para la Coca-cola en la que fijó de tal forma la imagen típica de Papa Noel que durante mucho tiempo se creyó que el personaje era una invención de la compañía de refrescos.
Pero, ¿de dónde viene el nombre de Papa Noel?. Desde los tiempos antiguos existe la tradición del espíritu de la navidad conocido coloquialmente como Father Christmas, el padre de la navidad. El nombre de Papa Noel proviene de esa tradición ya que Noel quiere decir Navidad en francés.
¿Y el árbol de navidad?
Siempre se ha tenido al pesebre o belén como algo más cristiano y al árbol de navidad como algo más pagano. Y si bien es cierto que la idea de tener un árbol en navidad al que se le cuelgan cosas surge de los ritos paganos que celebraban el fin de la oscuridad y la esperanza en el renacimiento de la naturaleza (y de los dones que de ella se esperaban) también es cierto que la idea cristiana del árbol se remonta hasta San Bonifacio (680-754), un santo y mártir inglés que en la ciudad de Geismar (Alemania), taló un árbol dedicado al dios germano Thor y plantó un abeto dedicado al dios cristiano. El árbol es una imagen cristiana desde que apareció el árbol del bien y el mal en el Paraíso terrenal. Estos árboles se representaban cargados de manzanas (como la famosa manzana de Eva) y en Navidad se escogía un abeto porque sus hojas perennes representaban a la perfección la idea de la vida eterna. También se le añadían galletas de forma que a la comida del pecado (las manzanas) se la acompañaba del pan de la nueva vida (las hostias consagradas). Posteriormente todos estos adornos se convirtieron en las más prosaicas bolas, estrellitas y lucecitas de hoy en día. Además, si el Papa todos los años planta en la Plaza de San Pedro un árbol será por algo.
Fuente: https://emosqueira.com