¿Hay alguna receta mejor que un buen sistema educativo para la igualdad de oportunidades y la competitividad de un país? La respuesta es no. La mejor receta para conseguir la igualdad de oportunidades, una mejor distribución de la renta y la competitividad de un país es un buen sistema educativo. El mejor sitema educativo posible.
La reforma en curso, el conocido como Proceso de Bolonia vuelve a olvidar el capítulo más importante, el profesorado. Por eso me gustaría comentar algunas ideas alrededor de este tema:
1º) Dedicando más dinero a la educación no se consigue necesariamente el éxito.
Australia, que ha triplicado el gasto por alumno desde 1970, no consigue alcanzar a Singapur, que gasta menos que la mayoría de los países. Estados Unidos está en el tercio inferior de la clasificación del Informe PISA pese a que desde 1980 casi ha doblado el gasto por alumno y ha bajado el número de alumnos por profesor a un mínimo histórico. En cambio, Corea del Sur está entre los cuatro primeros países en todas las pruebas, con unas aulas llenas de alumnos. Y si los chicos finlandeses son los primeros del mundo en lectura y en ciencias, y los segundos en matemáticas, no es porque se pasen el día estudiando: de hecho, tienen menos horas de clase que sus coetáneos de otros países.
2º) Los profesores son la clave.
Los países que encabezan la tabla del Informe PISA (Hong Kong, Finlandia, Corea del Sur, Japón, Canadá) contratan a los mejores profesores. Según estudios hechos en Estados Unidos si se toman alumnos de capacidad media y se los encomienda a profesores del 20% mejor valorado del cuerpo docente, acaban dentro del 10% con mejores notas; si se los pone con profesores del 20% más bajo, acaban entre los de peores notas. Corea del Sur recluta a los profesores de primaria entre el 5% de los mejores graduados, y Singapur y Hong Kong, entre el 30% mejor. El éxito está en conseguir que los graduados más brillantes se incorporen a la enseñanza. Una vez incorporados a este oficio que es la enseñanza tienen que aprender a ejercerla bien. Los países con mejor calidad de enseñanza facilitan abundante formación práctica a los recién llegados a la carrera docente y fomentan la formación permanente para todos los profesores del claustro.
3º) Los países con mejores resultados en educación son los que ponen remedio a los problemas de los alumnos, interviniendo pronto y siempre.
Finlandia es número uno en profesores dedicados a los alumnos que se quedan retrasados. Uno de cada tres alumnos recibe clases individuales de apoyo. Singapur imparte lecciones extras al 20% de los alumnos más retrasados, con el consiguiente trabajo extra para los profesores.
4º) ¿Qué pasa en España?
Una enseñanza de calidad resulta absolutamente imposible sin un buen profesorado. Si no existen unos mecanismos adecuados de selección, retribución, control y ascenso de los docentes, que garanticen su capacidad profesional y su motivación, difícilmente puede esperarse que el sistema desemboque en una educación de calidad.
Desafortunadamente, en España, la rigidez de las materias y de los planes de estudio desincentiva el interés y la iniciativa. Los profesores carecen de oportunidades de promoción interna, y también de autoridad y apoyo para mantener un mínimo de seriedad, disciplina y atención en las clases. A ello se une las distorsiones ideológicas generadas en la educación en algunas Comunidades Autónomas y en asignaturas conflictivas como es la “Educación para la Ciudadanía” que ha provocado 50.000 objeciones de conciencia. A los anteriores desincentivos se añaden las escasas posibilidades de exigencia que los centros pueden ejercer sobre un profesorado que, en el ámbito público, disfruta de la condición de funcionario, lo que le garantiza el sueldo y la permanencia en el empleo.
5º) ¿Cuál es la solución?
Creo que con lo dicho hasta aquí ya quedan claras las soluciones al problema. Pero si tuviera que insistir el algún aspecto o dar una prioridad creo que esta sería la de dedicar más atención al profesorado. Tal como señalamos más arriba una de las claves en el éxito del sistema educativo de Finlandia radica precisamente en el cuidado y atención que se prestan a la profesión de los docente. De ahí que uno de los retos pendientes de la educación en España sea la de la formación del profesorado. Una formación continua para que pueda enfrentarse con solvencia a los nuevos condicionantes de la tarea docente, que abarcan desde la inmigración hasta la introducción de nuevas tecnologías.
Fuente: http://economy.blogs.ie.edu