Mercado olímpico…
A veces los países fichan como si fueran un club, para así sumar a sus filas a deportistas de otras nacionalidades. En la mayoría de casos se trata de personas con un fuerte vínculo, porque llevan jugando y entrenando allí muchos años, tantos que a veces podrían haber conseguido la nacionalidad por la vía ordinaria, por residencia. Es el caso de Majida Maayouf, de origen marroquí, quien, a pesar de vivir en España desde hace 13 años, según publica Runner’s World, se convirtió en española a través de una carta de naturaleza concedida por el Gobierno en junio de 2023. Se trata de una vía extraordinaria en la que se concede la nacionalidad de forma exprés, sin tener que vivir antes en el país ni cumplir ningún requisito. A finales de ese año, Maayouf se hizo con el récord nacional de maratón en Valencia, lo que garantizó su puesto en París.
En otros casos, la relación con el país que les nacionaliza es nula, como pasó con Megan Gustafson: su nacionalización por decreto fue decidida en el mismo Consejo de Ministros que la de Maayouf, pero Gustafson, procedente de Wisconsin y jugadora en la WNBA, nunca había pisado antes España. Su carta de naturaleza se aprobó a petición de la Federación Española de Baloncesto, que tenía la esperanza de que la estadounidense llegara a tiempo para el Eurobasket del pasado año, según publicaba entonces el diario Marca. Algo similar pasó con Lorenzo Brown, nacionalizado por decreto para el Eurobasket de 2022 pese a que nunca había jugado aquí, y que va con la selección masculina de baloncesto a estos Juegos Olímpicos.
Las nacionalizaciones exprés, usadas sobre todo para engrosar las filas de las selecciones nacionales, son directas y dependen de la decisión arbitraria de los gobiernos de turno. Y son rápidas, sobre todo en comparación con el plazo de 10 años de residencia legal que una persona tiene que cumplir en España, de forma general, para conseguir la nacionalidad. Y más aún teniendo en cuenta los plazos de resolución de las solicitudes que maneja la administración, que han llegado a superar los cinco años.
Son 13 los atletas que compiten en París representando a España tras haber obtenido la nacionalidad por decreto. La última es Yulenmis Aguilar, que llegó a A Coruña desde Cuba en 2020, pidió la carta de naturaleza a finales de 2022 y la recibió en abril de este año. Tres meses después, la Real Federación Española de Atletismo anunció la lista de 58 atletas españoles que participan en los Juegos Olímpicos: entre esos nombres estaba el de Aguilar, la primera lanzadora de jabalina que representa a España en 16 años. Jordan Díaz aprovechó un evento deportivo celebrado en Castellón en 2021 para desertar del equipo cubano y establecerse en España. En solo ocho meses ya tenía pasaporte español. Más duro fue el caso de Enmanuel Reyes Pla, que en 2019 también decidió abandonar Cuba para intentar reunirse con parte de su familia en A Coruña. Según relata Relevo, viajó a Rusia, donde estuvo atrapado medio año, y después pasó a Austria, donde pidió asilo y fue ingresado en un campo de refugiados. Tras pasar un mes en una cárcel alemana, consiguió llegar a Galicia. Ya allí, en enero de 2020, el Gobierno español le dio la nacionalidad por carta de naturaleza. El resto de solicitantes de asilo, por el contrario, tienen que esperar cinco años para solicitar la ciudadanía.
España no es el único país europeo cuyo gobierno puede conceder la nacionalidad de manera discrecional. Según la información de Globalcit analizada por Civio, la gran mayoría de países europeos contemplan en sus legislaciones que el gobierno pueda dar por decreto la nacionalidad a una persona que no cumpla los requisitos de residencia generales alegando que ha conseguido logos especiales en ciencias, cultura o deportes, y que su nacionalización es de interés para el país.
Fuente: https://civio.es
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