Durante varios siglos, antes del nacimiento del Cristianismo, la sociedad romana era politeísta y creía en una serie de divinidades protectoras de las distintas áreas de su vida. Para la agricultura y la cosecha se adoraba al dios Saturno, y se celebraban unas fiestas paganas en su honor: las Saturnales.
Originalmente transcurrían entre el 17 y el 23 de diciembre coincidiendo con el solsticio de invierno, el período más oscuro del año, cuando el Sol sale más tarde y se pone más pronto. Las labores agrícolas finalizaban en esta época y los campesinos y los esclavos podían permitirse aplazar el trabajo cotidiano.
Durante estas fiestas, que se prolongaban durante siete días, los romanos visitaban a sus familiares y amigos, intercambiaban regalos y celebraban grandes banquetes públicos. Los esclavos gozaban de una gran permisividad; podían vestir las ropas de sus señores y ser atendidos por éstos sin recibir ningún castigo.
Fuente: