El mundo se divide en dos grandes bandos irreconciliables: el que jamás pisaría la casa propia (o ajena) con los zapatos puestos y el que puedes entrar con katiuskas hasta la cocina. España es, obviamente, de la segunda categoría, lo mismo que la mayoría de América (menos Canadá), Europa occidental, África subsahariana y Oceanía, tal y como se aprecia en el mapamundi (países en azul):
La mayoría del planeta, en términos demográficos, prefiere descalzarse al entrar en casa. Esta costumbre prevalece en prácticamente la totalidad del continente asiático -con la notable excepción de Mongolia, Iraq y los países que acaban en “istán”-, es decir, no menos de 3.000 millones de habitantes, a los que hay que sumar toda Europa oriental, incluyendo Alemania y los países musulmanes, de Mauritania a Somalia (países en verde).
Por descontado que la tradición no se circunscribe a países enteros, sino más bien a regiones concretas. Por ejemplo, en la mayoría de los Estados Unidos no es tradición descalzarse cuando visitas a alguien, pero sí en Hawai y Alaska, tal y como explica Wikipedia. Un italiano tampoco esperará que te descalces al entrar en su casa, salvo en la región de Friuli-Venezia. En los Balcanes, la costumbre de quitarse los zapatos está muy extendida, pero cada vez se lleva a cabo menos en las viviendas urbanas.
Fuente: https://blogs.publico.es/