Todos estamos de acuerdo en que algunas conductas están mal. Todos estamos de acuerdo en que determinadas conductas especialmente graves tienen que tener privación de libertad. Teniendo esto claro, ¿por qué no nos ponemos de acuerdo? Porque no estamos pensando en lo mismo, porque concebimos la justicia de una forma diferente. En estos casos concretos, nos adscribimos a una de dos en su mayoría, aunque luego utilicemos argumentos de la otra o aceptemos sus matices.
Como siempre que hablo de Teoría del Derecho, dejad ideas preconcebidas a un lado, leed el artículo y ved si lo que más os encaja está en relación con vuestras ideas sobre el tema en concreto. En ocasiones hay sorpresas…
Y el tradicional disclaimer: si sois juristas o filósofos, recordad que esto es algo súper condensado y sencillísimo para el profano y me dejo muchísimo en el tintero…
Las dos grandes concepciones
La gran división entre estas dos visiones es una pregunta sencilla: ¿Para qué sirve la pena? Y esto es lo mismo que preguntarse ¿para qué sirve el derecho penal? e, incluso, ¿para qué sirve el derecho?
Bien, pues sintonicemos HBO, aplaudamos y veamos en lados enfrentados del ring al retribucionismo y al utilitarismo. Las hostias entre estas dos corrientes llevan siendo antológicas durante siglos y, lo sepas o no, estás defendiendo a uno de ellos.
1- Empecemos con el retribucionismo, que es una filosofía más limitada en tanto que no tiene las ramificaciones del utilitarismo (din din din, si te suena Bentham la has clavado) aunque parte de algunas doctrinas de auténticos Pesos Pesados de la Filosofía, como veréis ahora.
El retribucionismo viene a decir que si algo es malo, ha de castigarse. El daño causado es un daño que ha de castigarse independientemente de que el castigo sea útil o no, de que baje la criminalidad o la felicidad o el coño de Santa Eulalia o no.
Si te está resonando por ahí algo de un tal Kant, eres bastante listo y sí que se pueden ver relaciones. Simplificándolo mucho, para Kant la mentira está mal y es mala aunque mintiendo consigas que no se carguen a un inocente. El retribucionismo viene a decir algo similar y es un concepto basado más en un concepto indeterminado de justicia y «orden natural», aunque también tiene su origen en la Teoría del Contrato Social. La haces, la pagas. (Kant tampoco era un nazi irracional y el retribucionismo no es una posición reaccionaria porque viene ponderada por la proporcionalidad de la pena).
2- Y al otro extremo, tenemos al utilitarismo, que es una filosofía (o ética) que abarca mucho más lejos que el derecho y dice que la mejor acción es la que hace la mayor cantidad de bien a la mayor cantidad de personas. Algunos denominan al «utilitarismo legal» «prevencionismo«, aunque estamos en la misma. Si es útil en ese sentido, es la decisión correcta. Claro que ahí metemos la picha en coño de veinte metros y en función de la corriente, «utilidad» y «bien» tienen distintas concepciones.
Aplicado al derecho, el utilitarismo dice: el fin de la pena no es castigar, es generar el mayor bien posible a la sociedad. Encarcelas a alguien no para que sufra como castigo (o no primordialmente), sino para mantenerlo alejado de la sociedad y que no dañe a nadie más. Incluso si te cargas a alguien (sí, hay o hubo utilitaristas defendiendo la pena de muerte) es porque la elección que más bien genera para el mayor número de personas es que esa persona muera en tanto que has comprobado que cualquier otra elección es menos «útil».
Y yo, ¿qué soy?
Por lo general, los utilitaristas suelen mostrarse contrarios a la pena de muerte o a la cadena perpetua. No es una correlación exacta, pero los datos empíricos que tenemos sugieren que la influencia de un sistema más retribucionista no reduce la criminalidad. Recordemos que los utilitaristas buscan el fin: Si un determinado cuerpo jurídico penal no baja la criminalidad, no sirve, entonces no es el correcto.
Problema: Un utilitarista llevado al extremo diría que, por ejemplo, si estudios sugieren que no encarcelar a pederastas bajaría la conducta pederasta, debería hacerse. Eso es algo que choca de frente con nuestra moral, ¿verdad? Nos resulta casi antinatural que una persona así no «pague» por sus crímenes.
En el retribucionismo vemos más partidarios acerca de posiciones tajantes, aunque, como siempre, no es una correlación perfecta porque, como ya he dicho, el principio de proporcionalidad jode bastante la Ley del Talión. Sin embargo, a un retribucionista le dará más igual que unas políticas penales determinadas bajen o suban la criminalidad, porque lo que importa es que cada acto reciba su castigo.
Problema: Un retribucionista pasará más del Bien Mayor. El retribucionista es ese poli honrado y cabezón que quiere detener a ese pequeño camello porque hace algo malo, y no quiere llegar a un trato con él aunque eso signifique acabar con la cúpula de la organización, con las drogas ilegales en la región y, pensándolo fríamente, conseguir mucho más beneficio para todos. El camello debe Pagar porque lo que hace está Mal.
Tío, siempre haces igual. Nos dices pros y contras de cada tendencia y no cuál es la que masmola de verdad. Tampoco me dices si soy una cosa u otra por estar a favor o en contra de la PPR
Ya, bueno. Te jodes. Ten en cuenta también que casi nadie es absolutamente utilitarista o retribucionista y todos tenemos una idea de la justicia o del derecho que tiene partes de ambos. Eso es algo bueno. Lo que es cierto es que siempre tirarás más hacia un lado que al otro.
Porque si te suena la famosa frase -jamás dicha o escrita por Maquiavelo- de que el fin justifica los medios, y en función de que estés de acuerdo o no con ella… tendrás una pista sobre qué postura jurídica penal defiendes, y eso a su vez te dará una pista para interrelacionarlo con tu postura sobre la cadena perpetua o la pena de muerte o la PPR… o, al menos, te permitirá defender tu postura con argumentos de una u otra corriente.
Fuente: www.meneame.net