Ahora mismo hay dos magnitudes que cumplir: Estabilidad y regla de gasto. Existe otra cosa que se llama techo de gasto, que corresponde al límite de gasto público no financiero (sin incluir los intereses de la deuda) en el que pueden incurrir las administraciones del Estado, pero por simplificar podríamos decir que el techo de gasto es el más bajo de las anteriores así que si las cumples lo vas a cumplir también. Los ayuntamientos están obligados a cumplir ambas, aunque se considera más grave no cumplir con la estabilidad. Cuando hablamos de gasto nos referimos al saldo de gasto no financiero, es decir, la deuda va separada.
La estabilidad viene a ser gastar menos de lo que se ingresa. Cuando decimos que un ayuntamiento tiene superávit nos referimos a esto. Cumple con la estabilidad porque ingresa más de lo que gasta.
La regla de gasto viene a ser no gastar más de lo que se gastó el año anterior (incrementado en un pequeño porcentaje que aprueba el gobierno). La regla de gasto afecta a sobre todo a administraciones con superávit ya que en las que tienen déficit lo habitual es que sea la estabilidad la que limite su techo de gasto. Su finalidad es doble:
- Que no se metan en gastos que den lugar a gastos futuros por tener mejoras puntuales (va por todos esos ayuntamientos que hicieron piscinas con las licencias de obra y luego las tienen cerradas porque no tienen con qué calentar el agua). Por esto se puede destinar el exceso a inversiones sostenibles (que produzcan ahorro o al menos no mayor gasto futuro). Ejemplos de lo que se puede hacer con ese exceso pueden ser planes de ahorro energético (cambiar las farolas por led) comprar locales que alquilados, etc. Es decir, que en realidad sí puedo gastar ese exceso pero no de cualquier manera.
- Que si estoy en tiempo de bonanza amortice deuda. En realidad no le falta de todo razón a la idea de que mientras que una administración está endeudada y tiene superávit amortizar deuda es una medida razonable (sobre todo si tenemos en cuenta que la opción anterior existe).
En cuanto al origen de ambas normas, ambas normas vienen de Europa.
¿Qué pasa cuando haces una buena gestión? Tu dato de estabilidad mejora, pero la regla de gasto no, lo que implica que ese ahorro lo tienes que dedicar a cosas que no computen en la regla de gasto. Esencialmente, inversiones financieramente sostenibles o amortización anticipada de deuda. Esto por supuesto es así para todos los ayuntamientos.
Cuando incumples una vez no pasa nada, solo tienes que aprobar un plan de corrección (llamado Plan Económico-Financiero), además la normativa en este sentido es muy flexible porque te permite calcular el nuevo cumplimiento a partir del incumplimiento anterior. Por ejemplo:
- Año 1 gasto 5.
- Año 2 gasto 6 (incumplo).
- Año 3 gasto 6 (cumplo y me dejan en paz).
- Año 4 gasto 7 (incumplo, pero vuelvo al primer aviso porque el año anterior cumplía).
Tienes la regla de gasto en 5, incumples gastando 6…Pues al año siguiente cumplirás con gastar 6, no te obligan a volver a 5, es decir, que para incumplir varios años consecutivos tienes que tener ganas de incumplir porque puedes ir jugando a incumplir cada dos años.
Fuente: www.meneame.net