El origen de las vacaciones…
Durante muchos años, han corrido tópicos que, repetidos una y otra vez, han acabado calando en ciertas capas de la población española. Tópicos que, incluso, repiten, quienes viviendo en esas épocas tuvieron la oportunidad de comprobar que esos tópicos eran más bien lo contrario.
Raro es el caso de alguien que no haya escuchado frases como «Con Franco se vivía mejor», «Franco puso la Seguridad Social». «Mucho quejaros pero la paga extra la tenemos gracias a Franco». Frases repetidas por nostálgicos disfrazados o botarates ilustrados que pueblan algunos bares y tabernas de España.
El único dato cierto y real, pero sin analizar exhaustivamente, es el famoso «Franco puso la paga extra». En realidad, Franco tomó esta medida ocho años después de la Guerra Civil, siendo una paga de solo 7 jornales o el salario de una semana, tras derogarse la jornada de 8 horas laborales, aprobada en la Industria gracias a la Huelga de la Canadiense, en 1918 y en el campo gracias a un Decreto de la Segunda República, que extendía esa jornada de 8 horas al campo y demás sectores económicos. Los trabajadores que en 1936 trabajaban 8 horas pasaron a trabajar del orden de 9 a 10 horas durante todos los días de la semana sin que hubiese una compensación de salario. La prohibición de las huelgas y las protestas obreras, reprimidas por el régimen franquista a sangre y fuego, permitía que muchos empresarios, flexibilizaran más esas jornadas —como se dice ahora—, habiendo casos de empresas donde esas 10 horas se convertían en 11 o 12, como en los años finales al siglo XIX —algo que reconoce incluso un diario como ABC—.
A ello hay que sumar una inflación desbocada debido al auge del «Mercado Negro», conocido como estraperlo. Sin ir más lejos, el año en el que Franco puso la «paga», la inflación en España era del 37%, la más alta de todo el siglo XX. Las condiciones, por tanto, no podían ser más leoninas para la clase obrera, mientras muchos estraperlistas, bien codeados con las autoridades de la Dictadura, hacían la fortuna, siendo uno de ellos, según testigos y supervivientes, en Valencia, el padre del dueño de MERCADONA, el que ahora da lecciones de como se deben hacer las cosas y a quien el Gobierno ha concedido que todos los trabajadores estén cubiertos por el «régimen laboral» de MERCADONA gracias a la Ley de Mutuas, que permitirá a las empresas ahorrarse dinero a costa, en gran parte, de la salud de los trabajadores.
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