La falacia del Nirvana ocurre cuando descartas algo del mundo real porque lo comparas con una alternativa irreal y perfecta, contra la cual todo palidece en comparación. Esto no sería un problema, excepto porque nos impide que realicemos alguna acción. Por ejemplo, demorar en actuar puede pasar por muchas razones -bebiste mucho ayer, o no estás inspirado- pero una de las razones más comunes por las que procrastinamos es que pensamos que lo que hagamos no va a cumplir con la expectativa perfecta que tenemos en la cabeza.
Piensen en ese amigo escritor que todavía no escribió nada porque está «esperando la idea correcta» para comenzar. Por esto, la gente termina viviendo en el sótano de sus padres esperando el trabajo perfecto, la mujer perfecta, la amistad perfecta en vez de decidirse a hacer algo.
Si no estás lleno de ese tipo de «autoduda», no te preocupes, hay muchos idiotas dispuestos a regalarte un poco. Cualquier intento de superación puede resultar en burlas: como algo que no sea perfecto no vale la pena, mejor no hagas nada como ellos: «Así que tomas Coca light con tu combo de McDonalds. ¡Eso sí que va a hacer la diferencia!».