«Monólogos» 2008…
Ayer pudimos ver el segundo y último debate entre Zapatero y Rajoy, un claro ejemplo, como diría Felipe Gonzalez, de «política enlatada». Hoy los medios se llenan con encuestas acerca de quién ha sido el vencedor, ávidos de datos para inclinar la balanza lo antes posible a un lado u otro, según convenga. No entraremos a valorarlos, eso queda para cada uno de vosotros, pero resulta interesante hacer una reflexión acerca del debate de forma global:
Existe una clara perdedora tras estos debates, y es la DEMOCRACIA, sí, con mayúsculas. La razón más clara de esto, que el debate ha sido visto por un millón de espectadores menos que el anterior. Recordemos que vivimos en una democracia indirecta o representativa (las decisiones son adoptadas por personas reconocidas por el pueblo), por lo cual parece realmente preocupante ver como el pueblo pierde el interés por lo que hagan o digan los que en un futuro inmediato serán sus representantes.
Cierto es que ha costado 15 años repetir un debate entre ambos candidatos a la presidencia desde aquel 1993 Aznar – González, que desde luego fue infinitamente más interesante (y lo sigue siendo) que los que se terminan de celebrar. Pero… ¿lo que hemos visto es realmente un debate?
Posiblemente el debate como tal solo existió durante algunos minutos del final del «primer tiempo», antes de que entrasen sus asesores durante la publicidad para darle un vuelco al mismo y convertirlo en un aburridísimo monólogo. Supuestamente ambas son personas preparadas profesionalmente para debatir, ya que la política es su trabajo. Por lo tanto deberían de ser un modelo a seguir por todos nosotros a la hora de realizar un debate.
Todos hemos debatido con alguien alguna vez, y desde luego dista infinitamente de lo que se vio ayer. Tiempos cronometrados, monólogos independientes de lo que dijese el adversario, indiferencia cuando habla el contrario, cifras macroeconómicas inteligibles, temas con límites pactados…y el único ápice de debate que existió fue de niños pequeños con el «tú dijiste el primer día en el congreso tal» , «que no, que dijiste cual» …tristísimo.
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