Perdón por ser viejo…

Puestos ya en reflexiones, inevitable está última de elmundo.es:

No es que quiera estorbarles subiendo una escalera, es que no puedo ir más deprisa.

No es que quiera hacerles perder su tiempo en la cola de una ventanilla, es que mi mente ya no es tan rápida como la suya y tardo en enterarme de las cosas.

No es que quiera molestarle cuando le dirijo la palabra en un parque, es que, a veces, la soledad pesa demasiado y busca uno unas migajas de conversación para poder soportar la soledad de la noche pensando en ellas.

No es que quiera hacerle daño a sus hijos si les hago una caricia, es que los recuerdos de otro tiempo, de los míos, se me agolpan.

Por favor, perdónenme para cuando sea viejo.