Hay que ir muy sobrado…

No sé si alguna vez os habrá llevado el coche la grúa, a mí por desgracia sí, y lo primero que hace uno después de poner cara de tonto es salir disparado al depósito de coches a reclamarlo.

Este sería el caso de una persona cualquiera, pero…y si tenéis tanto dinero que el que te lleven el coche equivaldría en el mundo de los «terrenales» por ejemplo a dejarte olvidadas las gafas de sol en una cafetería y decidir que no merece la pena volver a por ellas. Y peor aún, ¿y si el coche se tratase de un pedazo de Maserati?

Pues la historia es completamente real, os presento al supermillonario Bertrand des Pallieres.