Espiral del silencio…

¿Qué dice la espiral del silencio?

Recojo el planteamiento de la Wikipedia en castellano: “Las personas temen permanecer aisladas del entorno social y, por este motivo, prestan una atención continua a las opiniones y comportamiento, supuestos por la mayoría, que se producen a su alrededor. Dado que las personas gustan también de ser populares y aceptadas, se expresan de acuerdo con las opiniones y comportamientos mayoritarios“.

Hasta aquí, estamos de acuerdo. No es muy habitual leer en redes sociales opiniones en contra de los pensamientos que se consideran mayoritarios. Por ejemplo no es fácil leer en vuestro Facebook opiniones contra los homosexuales o contra las minorías étnicas. Pero sabemos que la homofobia y el racismo existen, y conocemos a racistas y homófobos que en su Facebook nunca expresan su pensamiento, por lo que observamos el primer descuadre entre opinión privada y pública.

Esto son opiniones fijas e instaladas en la sociedad. Pero luego hay opiniones cambiantes, como la que aquí nos ocupa. Veamos lo que dice Noelle Neumann: “Con respecto a las teorías cambiantes, el individuo debe observar con atención en qué dirección se produce el cambio. Los individuos que entienden que el cambio se produce en la misma dirección que sus propias opiniones personales, las expondrán en público, pero, al contrario, si el cambio se produce en oposición a las suyas tenderá a ser más cauto al exponerlas en presencia de otras personas”. Aquí yo añado un tercer tipo de individuo de mi cosecha: aquel que no tenía una opinión formada sobre el asunto pero se adhiere a la opinión mayoritaria. En el caso de La Manada es claro, al ver los ‘expertos’ en derecho penal que salieron como setas tras la lluvia y tenían muy claro por qué defendían el lema del movimiento: #noesabusoesviolación.

En la jornada de ayer pudo verse uno de estos movimientos en espiral, en el que los mensajes en la misma dirección llegan primero de las personas que a todas luces ya estaban convencidas en este mensaje y por tanto creen en él. Líderes de opinión feministas y tuiteras anónimas también feministas comparten la idea: la sentencia es un fraude, los jueces son machistas, y cuando digo que no es no.

La espiral va creciendo y los más permeables son las personas que no tenían una opinión formada sobre el caso. Muchos de vosotros, amigos míos de Facebook, Twitter y WhatsApp me servís como ejemplo para comprobar que la espiral del silencio es una teoría que siempre, siempre se cumple. Por ejemplo ayer en apenas unas horas, varios de mis contactos en WhatsApp cambiaron su foto de perfil por alguna referencia a ‘no es no’ y al juicio de La Manada. Mujeres, por supuesto, pero también hombres de los que yo hasta ayer desconocía completamente que tuvieran un activismo feminista. No digo que esté bien ni mal, pero me parece un fenómeno interesante para analizar.

Esto cumple perfectamente con otro de los preceptos de la espiral del silencio: según Noelle-Neumann, un clima de opinión actúa como un fenómeno de contagio ya que la opción aparentemente mayoritaria se extiende rápidamente por toda la sociedad.

¿Que ocurre con los disidentes?

Podría pasar que una persona no estuviera de acuerdo con el pensamiento mayoritario que se está propagando. Por ejemplo, podría ser un experto o experta en derecho que considerara que realmente fue abuso y no violación, o una persona que simplemente se posiciona en contra del pensamiento feminista por ideología o porque considera que tiene intención uniformizadora. En estos casos, según decía la alemana, “cuanto más se difunde la versión dominante por los medios, más guardarán silencio las voces individuales contrarias, con lo que se produce un proceso en espiral, un bucle de retroalimentación positiva”.

Parece ser que de nuevo esto podría estar pasando. Observen si no el hashtag de Twitter #Lamanada y vean cuántas opiniones contrarias a la opinión mayoritaria hay. Podría ser que nadie tuviera una opinión contraria, pero la lógica invita a pensar que esta opinión se encuentra oculta y no se atreve a manifestarse. Incluso políticos de partidos que no se alinean con las tesis del feminismo más combativo, como es Albert Rivera, se ven obligados a posicionarse a favor de la corriente mayoritaria. Los votos son lo primero.

¿Y los medios?

Si hay algo en lo que la teoría de Elisabeth Noelle Neumann no se cumple al 100% hoy en día es en la preeminencia que ella daba a los medios de comunicación. En una sociedad analógica como la que ella vivió en los años 40, las técnicas propagandísticas de Joseph Goebbels tenían una importancia clave. También con la llegada de la televisión a los hogares en los años 60, el mensaje siempre estuvo dirigido por el poder desde sus medios de difusión. Hoy los medios son sólo una pequeña parte de la espiral, y ni siquiera la más importante. Son otras organizaciones ideológicas, políticas o activistas las que, de forma mucho más viscosa y difícil de observar en cuanto a su trazabilidad, crean el pensamiento mayoritario al que luego todos, incluidos los medios de comunicación, se tienen que adherir.

Como ejemplo de esto que digo, las portadas de hoy en las que todos, con mayor o menor pasión, se han unido a la crítica a la sentencia. Hacer lo contrario es quedar retratado en un entorno de alta sensibilidad donde todas las empresas, periódicos y medios incluidos, tienen miedo a sufrir una crisis reputacional.

Conclusión. Este es el mundo en el que vivimos y más vale aceptarlo y reconocerlo 

Un comentario disidente del pensamiento mayoritario apenas cosecha unos pocos me gustas. La abrumadora mayoría de tus amigos y de los míos, de toda la gente que se expresa en redes sociales, se siente mucho más cómoda haciendo seguidismo de la corriente que consideran mayoritaria, emitiendo en público los mensajes que creen que van a lograr más aceptación de los demás, cambiando incluso sus perfiles de whatsapp por otros que saben que son trendies en este momento y que les harán ser más populares o incluso con los que podrán ligar.

Hoy son de no es no y mañana de otra cosa, ¿qué más da? Es la tiranía del like y del retuit, que anula el pensamiento crítico y hace mucho más difícil a una persona expresar aquello en lo que realmente cree si no es lo que en ese momento se espera de él que crea. De todas las teorías de comunicación que estudié en la carrera me quedo sin duda, porque el tiempo ha demostrado su prevalencia, con ‘La Espiral del Silencio’, de la alemana Elisabeth Noelle Neumann. Ella vivió el ascenso del nacionalsocialismo y observó como existen momentos en que es realmente imposible emitir opiniones que se alejen de la corriente mayoritaria, por lo que la mayoría de la gente, convencidos o no, jalean este pensamiento simplemente para tener una existencia más cómoda dentro del redil. Con las redes sociales esta tiranía del mensaje único adquiere una fuerza realmente omnipotente. Este pensamiento implica, en la primavera española de 2018, decir que la sentencia de La Manada es injusta, machistas sus redactores, y que lo que le hicieron a esa pobre mujer de apenas 18 años en ese portal de Pamplona durante los Sanfermines de 2016 fue una violación. Y nadie, ni siquiera los expertos en derecho, se atreven a decir públicamente lo contrario.

Fuente: https://mariomoratalla.wordpress.com

Author: Raiden

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